domingo, 30 de octubre de 2016

La color no nos permite


Por Luis R. Carrera

A lo largo de nuestro paso por estas tierras, los descendientes de africanos hemos, y seguimos siendo, mal vistos ante los ojos de lo “correcto”. Desde los bailes de nuestros primeros ancestros en el país hasta nuestros logros más allá de lo culinario, lo deportivo entre otras cosas que “nos sale bien” la censura nos ha perseguido cual Ketín Vidal al ‘Cachetón’ a inicios de los 90 (con el mismo resultado positivo para el captor lamentablemente) y la situación amenaza con seguir al menos hasta que Perú llegue a zona de repechaje para Qatar.
Cuando los esclavos traídos del Golfo de Guinea y zonas aledañas pisaron suelo peruano, vieron cómo su vida pasaba a depender de aquellos que decían ser superiores mientras le echaban la culpa de los temblores a los “idólatras”. Fueron agrupados de forma aleatoria pasando por alto la diversidad cultural que ya existía en África (mucho más amplia que la de  España colonial por supuesto)  pues claro, cómo se podría saber de dónde es cada negro si todos son iguales” (¿Les es familiar esta frase?). Su música, sus costumbres y sus respectivas cosmovisiones fueron suprimidas de sus vidas bajo castigo, lo que obligó a muchos de ellos a fugar a las afueras de  Lima a forjar una resistencia desde el cimarronaje y posteriormente como bandoleros. Es decir, la opresión sufrida en el centro del Virreinato los obligó a rehuir al sistema cometiendo actos vandálicos que no tenían planeado hacer ni les salía por naturaleza sino que la situación tan complicada para ellos no les dejó otra alternativa a muchos de ellos que tomar ese camino. En los años siguientes  y ya con un Perú independiente (al menos así decían) la situación no cambió mucho respecto al proceso anterior y gran parte de los descendientes de aquellos esclavos siguieron por ese camino. He aquí el origen de uno los más populares estereotipos que se nos ha adjudicado a lo largo del tiempo y la razón de que por más de que hayamos tenido entre nuestras filas a héroes de guerra, deportistas reconocidos, músicos renombrados, jefes de guerrilla, congresistas, médicos y hasta un diplomático, te sigues agarrando los bolsillos cuando te vas a cruzar con uno de nosotros en el cruce de Argentina con Dueñas.
Pero más allá de los prejuicios ya conocidos hacia nosotros los “zambos malató” un problema más grave por el que pasamos es ese proceso de invisibilización del cual ya di unas luces en los párrafos anteriores pero que profundizaré con ejemplos concretos en la historia del Perú: A nadie le ha interesado la resistencia de Francisco Congo, José Manuel Valdés tuvo que esperar una “Dispensa de color” para poder cumplir su sueño de ser médico, Cayetano Quirós tuvo que ir personalmente a buscar a San Martín para integrar su ejército libertador ante la negativa de los otros generales, nadie reconoció el sacrificio de Catalina Buendía entre en recuento de héroes de la Guerra del Pacífico, el Grumete Medina fue mecido con homenajes durante el Oncenio de Leguía pero siguió, y murió, pobre luego de los mismos, han tenido que pasar 50 años para que nos dignemos en recordar la proeza de Guillermo Lobatón Milla bajo el mando de Luchito De La Puente y si María Elena hubiese muerto en los 40 estaría también integrando esta lista de afroperuanos olvidados por los libros de Santillana y Navarrete, los mismos que siguen dibujando blancos a Bolívar, Ricardo Palma y Micaela Bastidas. Gracias a Changó y a Kalunga que tuvimos a un Pancho Fierro  y a un Nicomedes, por ejemplo, cuyas obras han servido para preservar esa parte de nuestra historia que a los pudientes, y no tan pudientes, no les gusta reconocer pues cómo habíamos sido capaces de todo esto cuando “solo pensamos hasta las 12” (¿Les es familiar esta frase? x 2).
Para suerte nuestra y por el bien de nuestra negritud (Césaire, tú sigues vivo para nosotros), hemos tenido investigadores pertenecientes a la población negra peruana (diría “afroperuana” pero no hay que arrancar de nuestro acervo un término que pasó de ser usado como una ofensa a emplearse para revalorizar nuestros orígenes con mayor ímpetu en otros tiempos) entre los que podemos mencionar al gran Nicomedes, ya nombrado en otras líneas, Doña Victoria, “Cheche” Campos y José Carlos Luciano, quien en plenos años 90 denunció sin problema alguno la aculturación por la pasaban negros y andinos frente a la tragicómica costumbre de blanquear la publicidad para hacerla más pasable ante una sociedad peruana que se rendía ante la cultura blanca del otro hemisferio y se reía de los chistes de negros vertidos en “Trampolín” y “Risas y Salsa” (“gracias” Genaro). Y es justamente por obra de los medios de comunicación que los peruanos pudimos dar rienda suelta a todo el racismo que llevamos en nuestro interior, como buenos resentidos sociales que somos, sin necesidad de entrar en compromiso por alguna afirmación mal intencionada.
Desde mucho antes que aparezca la televisión en nuestras vidas, esta parte del mundo ya venía sufriendo una avalancha de blancura por parte los países pudientes que nos enviaban a través de anuncios publicitarios costumbres y personajes que nada tenían que ver con nuestra realidad sudaca pero que por medio de la repetitiva influencia visual, se terminaban asumiendo como propios. Esto no hizo otra cosa que revivir esos gloriosos, para algunos, años en los que al indio se le encerraba en el Cercado y al negro en Malambo para que no incomoden a la gente “de bien”. Ahora ya no había un espacio en donde encerrarlos para no malograr el paisaje pero sí una forma en que ellos quieran ser como aquel blanquiñoso que desde un cartel nos invitaba a usar jeans o tomar Coca Cola. Con la televisión la situación empeoró para nosotros, aunque mejoró para la gran industria,  y por tal motivo nos hemos visto invadidos por una secuencia interminable de comerciales donde el blanco asume el rol protagónico y al resto no le queda otra que hacerle la comparsa (¿Sí o no PromPerú? ¿Sí o no Saga?) o lo que es peor, asumir roles basados en los estereotipos que al parecer nos perseguirán hasta el retorno de Inkarri. Es justo en esta parte donde el negro vuelve a entrar en acción para interpretar sus roles estelares de choro, empleado, pelotero (en el mejor de los casos) o limpiabaños. “¿Qué quieres el protagónico? No fíjate que estamos buscando alguien con rasgos más…tú me entiendes… familiarizados con las cámaras pero no te preocupes que puedes ser el portero del edificio si quieres. (¿Les es familiar esta frase? x 3).
Nos encontramos en los últimos meses del 2016 y cuando creía que tanto plantón, cajoneada masiva y marchas al respecto estaban por fin haciendo efecto en el sentir de la audiencia, veo con desagrado, más no con sorpresa, que en la próxima entrega de la políticamente correcta Tondero (curioso nombre para una productora a la cual la idea de nación les resbala por el bajo vientre) mostrará la vida y obra de un deportista afroperuano que de por sí ya está alienado (culturalmente hablando) para que ahora le sumen a su afamado (aunque nunca proclamado) proceso de blanqueamiento la participación de una actriz que nada tiene que ver con la herencia afro en el país para que interprete a una mujer negra, teniendo la posibilidad de hacer castings para recrear la historia tal cual ha sido o recurrir a los actores afroperuanos posen tanta capacidad como los solicitados por las productoras bóers. No es sorprendente esta actitud pero esperaba un poco más de una productora que si bien está contribuyendo a la ampliación de la producción cinematográfica sigue la misma lógica goebbeliana de Michelle Alexander y Procter & Gamble ene sus producciones. Al enterarme de esta práctica cuasi pierolista no hago sino darme cuenta que no es suficiente con flashmobs o protestas esporádicas y lamentablemente las campañas contra el racismo se quedan en la plaza en donde se realizó o en la puerta del estadio para luego seguir haciendo ruidos de mono a futbolistas herederos de la tradición, luba, yoruba, malinke, ewé, chokwe y demás.
Hagamos un esfuerzo y revisemos la historia del país más allá de los textos escolares para comprobar que nuestra vida colonial y republicana tuvo algo más que virreyes, sacerdotes, generales y presidentes afines a los grupos de poder ya que en caso nuestro, muchos afroperuanos participaron de distintos acontecimientos del desarrollo del país y han sido marginados por no coincidir con la historia que otros quieren contar. Podemos reírnos de nosotros mismo pero eso no quiere decir que aceptemos la idea de seguir a aquellos que a través de los medios critican a “Cachay” por vulgar pero festejan las lisuras de “Cachín” o desde anuncios como el de la modelo occidentalizada nos dice  que le fascina Ripley mientras tapa al único niño negro del comercial. De nosotros mismos depende que la situación cambie para bien nuestro y de las generaciones venideras pues de no enmendar el rumbo seguiremos siendo marginados por la historia oficial y condenados a interpretar a delincuentes y choferes de Brescias o Miró Quesadas por toda la eternidad. Podemos hallar los mecanismos para frenar el statu quo étnico que nos quiere seguir marcando para brindar un respiro a la comunidad afroperuana que tanto lo necesita pues tarde o temprano, algún avance habrá sido posible de alzanzar.  El espíritu de Santiago Villanueva nos lo agradecerá. 

sábado, 4 de junio de 2016

10 años y aquí seguimos



Por Luis R. Carrera

Negados, olvidados e injustamente postergados. Así es como nos hemos sentido a lo largo de nuestra existencia en esta bendita tierra que nos cobija. Y es que por más que el país aclama a todos los vientos posibles la ansiada inclusión social, esta parece ser esquiva con nosotros por mucho más tiempo del pensado. Afortunadamente somos conscientes de la realidad que nos golpea y simplemente seguimos firmes en el fortalecimiento de nuestra identidad tantas veces magullada.
El 4 de junio del 2006 se decretó que tal fecha sería a partir de ese momento el Día de la Cultura Afroperuana y qué mejor fecha que la escogida pues de ese modo se conmemora la figura del hombre quien permitió que las manifestaciones culturales de la negritud de antaño no se pierda con el paso del tiempo, el excelentísimo Nicomedes Santa Cruz, pero muchas de las promesas vertidas desde ese entonces a la actualidad solo se quedaron en eso pues el Perú sigue siendo un país que denigra sin piedad a quienes merecen el mayor de los reconocimientos del mismo modo en que se hacía allá por los 1500 solo que con la mirada en Norteamérica en vez de España, lo que hace el panorama tan desalentador como lo fue para nuestros ancestros que cruzaron, contra su voluntad, el Atlántico.



Por tal motivo, nuestro querido país se dejó, y se sigue dejando, llevar por la historia "oficial” que dejó que por mucho tiempo enterrara la grandeza de los negros peruanos y todo indicio que registre algún logro de los afectados. Así, la mayoría de nuestros compatriotas ignoran que hubo un Francisco Congo que encarnó la lucha contra aquellos que nos trataban como mercancía; desconocen que un tal Antonio Gatica y otro que respondía al nombre de Antonio Oblitas fueron partícipes destacados de 2 de las más grandes rebeliones de nuestra historia; nunca supieron del esfuerzo de José Manuel Valdés por llegar a ser médico en una sociedad que negó en algún momento la condición humana del negro; hasta hoy no llegan a saber que en la Guerra del Pacífico no solo brillaron los Grau o los Bolognesi y mucho menos saben que un diplomático zambo de inicios del siglo XX planteó soluciones a los problemas limítrofes post conflicto con Chile o que tuvimos entre nosotros a un sociólogo que desde la visión afroperuana propuso una nueva visión del Perú. El desconocimiento general de estos hechos ha mermado nuestro análisis histórico sin que lo notemos con el peligro de ser borrados de nuestro legado para la posteridad. Afortunadamente, organismos creados por los propios afroperuanos vienen dando solución a tales vacíos históricos.
Y es esta la clave para mantener vivo el saber negro del país. En vista de que no llegaremos a nada si seguimos esperando que la historia oficial reconozca, por fin, el aporte de la negritud peruana al desarrollo del país, desde nosotros mismos debe partir el trabajo de revalorar la participación afroperuana en las distintas etapas de la historia que le tocó vivir desde la llegada de los que iniciaron el camino provenientes del Golfo de Guinea y espacios afines. Fuimos importantes en el ámbito cultural, político y deportivo del país pero la sociedad peruana, obnubilada por la historia narrada en los libros de Editorial Santillana y bombardeada por la influencia de estándares venidos del otro hemisferio termina quitándonos todo mérito y olvida de esa manera nuestro rol en todas las épocas mencionadas líneas arriba.



Esta situación nos lleva a la más nefasta consecuencia originada por ese ocultamiento del aporte negro. El racismo por estos días está más vivo que nunca a pesar de todas las campañas, alertas, llamados a la consciencia y demostraciones habidas y por haber. No importa cuán civilizados afirmemos estar pues en el momento menos pensado alguno de nosotros recibirá una ofensa por su color de piel sin siquiera haber dado motivo para ser fustigado de esa forma. No interesa cuánto hayamos avanzado tecnológicamente pues esos mismos avances son usados para difundir todo el odio latente en la mente de buena parte de nuestra población, la cual a través de las diversas redes saca a relucir el pensamiento arraigado desde que Pizarro ancló en suelo tumbesino. Estas actitudes no decaen en otra cosa que en la discriminación hacia quienes sean considerados como inferiores a quienes profieren el odio hacia el otro y si el hombre andino cayó en ese deleznable círculo vicioso, del mismo modo el negro nunca estuvo exento de las ofensas. Muy por el contrario, no contentos con insultarlo, también lo han tomado como un motivo de regocijo entre aquellos que aseguran en su interior ser dueños de la verdad absoluta y en este aspecto, la lucha debe ser incansable.


Por suerte no todo es desgracia para los afrodescendientes en el Perú. Como se dijo en párrafos anteriores, existen organizaciones que han tomado la posta de Nicomedes, Victoria y “Pepe” en lo que respecta a realzar el legado negro y reafirmar una identidad entre todos los vinculados a esta gran familia y a 10 años de haberse declarado esta nuestra fecha, es deber de todos los que nos hallamos inmersos en este hermoso mundo de la negritud, continuar con el trabajo por más pequeño que sea el aporte, ya sea dentro de un partido, un grupo o una simple tribuna como la que hoy les manda este mensaje. El camino aún es largo y por tal motivo, toda contribución a este trabajo será bien recibido por lo que la memoria de los negros viejos seguirá entre nosotros y los checos y tamboretes nunca dejarán de sonar. Feliz día.




lunes, 16 de mayo de 2016

Gracias compare'



Por Luis R. Carrera

A pesar de que no fuimos compañeros desde el inicio de nuestros estudios ni hemos podido compartir experiencias tan vastas como las que viviste con quienes siguieron izando las banderas de lucha, puedo decir que fuiste una de las mejores personas que conocí en la querida y a la vez odiada Facultad de Ciencias Sociales, y no digo esto por congraciarme con quienes te siguen homenajeando hasta estas horas. Realmente estoy contento de haber compartido espacios y temas de conversación contigo las veces que se pudo en los ambientes de la facultad.
No puedo darme el lujo de decir que sostuve una amistad de años contigo ni que fuimos un solo puño en las horas combativas puesto que tu súbita aparición en momentos cruciales de protestas y reivindicaciones estudiantiles coincidió con el inicio de mi relajo, pero lo que sí puedo decir es que tuve la oportunidad de aprender más de lo que tenía pensado cada vez que nos tocó intercambiar opiniones, en el ámbito político o el que tocara debatir. La vena artística que sin proponértelo sacabas a relucir, entremezclado con el carácter bohemio que siempre te caracterizó, me sirvió para ver las cosas desde un lado menos pragmático que ya había adoptado para ese entonces y aunque en ocasiones tu elegancia para expresar y difundir algún saber en particular contrastaba con la brutalidad disfrazada de inmediatez que muchas veces ostentaba, pudimos entablar buenas conversas el tiempo que nos tocó departir.
Es que en esos años me permitiste aprender que había otro estilo de decir las cosas con la misma crudeza con la que solía responder normalmente, aunque de cuando en cuando mi estilo era el que se imponía en el contexto, pues muchas veces la situación así lo ameritaba. Fue esa mezcla de estilos la que hizo que nos cayéramos en gracia y por ende entré a tu círculo social, encabezado por tu yunta de mil batallas, zambo igual que yo y casi con los mismos ideales que tú. Mi amistad con ambos me volvió un testigo privilegiado de lo buena que fue esta dupla, únicamente superada por las de Meléndez con Chumpitaz y Saldarriaga con Maquilón.



Si hay algo por lo que también destacaste, aparte de lo artístico, fue por esa consecuencia de la que muy pocos pueden hacer alarde por estos días. Desde aquella toma del Decanato cuando intentabas ser geógrafo, o incluso de antes, hasta las constantes marchas por las ocurrencias del Rectorado y el Ejecutivo, siempre estuviste ahí para apoyar al compañero que lo necesitaba y para alzar tu voz de protesta cuando la muchachada empezaba a flaquear. Esa lucha que emprendías no solo se limitaba al mero activismo, acto que se convirtió en un mal que afectó a la muchachada combativa, sino que la traspasaste al plano analítico, siempre consciente del contexto real, por lo que tu pensamiento en ningún momento se alejó de nuestra realidad. Nunca desviaste tu visión política pese a que tu entorno siempre fue propenso a ceder ante la posmodernidad por lo que, tomando en cuenta que son contados los individuos que han puesto tan férrea resistencia para mantener sus ideales, de más está decir que esto es algo digno de aplaudirse.
Por lo general siempre fuiste tú el que hacía que aprenda algo nuevo, pero aquella noche de junio del 2014 los papeles se invirtieron. En esa oportunidad tuvimos quizá la conversación más larga que hayamos sostenido en los 3 años que nos tratamos. Lo que empezó con un simple comentario respecto a un acontecimiento limeño ya olvidado para estos días terminó con toda una clase modelo sobre la Lima contemporánea que tu inquietud me permitió exponerte en la cafetería de Sociales. Fue luego de todas las anécdotas e historias contadas que me propusiste plasmar todo lo narrado en crónicas y artículos para el futuro e incluso indagar in situ acerca de este mundo aparentemente desconocido por ti como era la tradición capitalina y sus variables positivas y negativas. El ciclo terminó y en los siguientes meses ya no coincidíamos tanto como antes pero la idea de plasmar al menos una parte de las historias que te narré seguía latente mas no veía cómo por aquel momento.



Fue así como casi al finalizar el 16 de mayo del 2015, 7 meses después de la última vez que hablamos, recibo con estupor la noticia de que ya no estabas más en este mundo. Un sorpresivo y letal cáncer fue acabando con tu vida el último medio año de tu existencia, enfermedad que te mantuvo recluido en tus dominios de Ferreñafe hasta la fecha ya mencionada en la que enrumbaste hacia otros destinos para tristeza de familiares y amigos que a un año de tu partida te siguen teniendo presente, algo que dice mucho de lo valioso que fuiste en vida y lo importante que llegaste a ser para muchas personas y agrupaciones. Para mí este hecho fue tan chocante como lo fue para tus camaradas y al indagar más sobre ti me volví a encontrar con Las Confesiones de Cyrano, aquel espacio en el cual diste rienda suelta a tu creatividad hasta tus últimos días. Este redescubrimiento me llevó a la reflexión de lo importante que es dejar algún registro, sin importar cuán pequeño sea, de nuestro paso por este mundo y fue en ese momento que recordé nuestra conversación de aquel invierno del 2014 y de cómo pensábamos en llevar al papel lo expuesto. Y qué mejor manera de hacerlo que abriendo una tribuna personal que luego se iría compartiendo con los contactos más cercanos. Fue gracias a tu insistencia por materializar mis historias que me decidí a crear el blog a través del cual el día de hoy te dedico estas líneas, que aunque breves, son muy merecidas para alguien a quien la vida no le dio tiempo de difundir y explotar todo el talento e intelecto que traía consigo.
Alexis Baila Manay, el Stuart Sutcliffe del movimiento estudiantil, es alguien que hay que recordar en todo momento pues este meteoro de vida frágil nos enseñó que no hay impedimento para seguir firmes con nuestras ideas ni para frenar la incipiente creatividad que aflore en nuestro interior. Es por ello que seguiré desde este espacio concretando mis instantes de inspiración como un homenaje a tu persona, pues esta tribuna nació de esa prolongada charla que nunca olvidaré y de tu idea de escribir todo lo que se expuso aquella vez. Y esto, desde donde estés, tenlo por seguro. Hasta siempre compare'. 



jueves, 12 de mayo de 2016

Más que una cuatricentenaria



Por Luis R. Carrera

Burro, gusano, pizarra, taller, cierrapuertas. Para nosotros, palabras como estas hace un buen tiempo que tomaron un significado distinto al que estábamos acostumbrados de entender. Y es que el paso por la universidad más antigua del continente, por más breve que sea, deja en quien transcurre parte de su vida en sus ambientes una visión distinta del espacio que habita, de la situación de este, de quienes lo rodean y sobre todo, de sí mismo y por más resistencia que uno ponga, terminará tarde o temprano accediendo a un nivel de discernimiento superior al de tiempo atrás.
Es que el paso por la Decana de América es un privilegio que solo quienes se proponen seriamente a pasar ese obstáculo llamado Examen de Admisión pueden disfrutar. Quienes superan el escollo mencionado logran traspasar los umbrales de su ahora alma mater y es a partir de este momento su visión del mundo e incluso de su cotidianidad cambia. ¿Para bien? ¿Para mal? Ya de uno mismo depende esta instancia.
Durante el tiempo que toque departir con otros camaradas que al igual que tú decidieron adentrarse en esta épica jugada, cada quién notará que al igual que fuera de los límites sanmarquinos, dentro de fauna estudiantil que ahora nos rodea se va dividiendo en tribus similares a las que pululan en la urbanidad que nos sigue rondando. Se tendrá toda una gama de grupos humanos y hasta semi-humanos a los que uno podrá integrarse. Podemos comenzar intentando ser un academicista desde el primer día de clases, algo complicado de mantener conforme pasen los días con sus respectivas movidas, un compañero consciente y combativo asiduo a cuanta marcha, por más que no la entienda, y manifestación político-posero-cultural pueda, un fulero que traslada el barrio a su facultad o un individuo que se aísla de la dinámica en que se haya envuelto, solo para evitar la fatiga. En caso estas opciones no sean del agrado de nadie, unas sonoras y relucientes zampoñas nos esperan en el rincón menos esperado.
Pasado el tiempo de asimilación, toca ahora el de resignación momentánea. Toca afrontar el aspecto académico y ya con varios ciclos a cuestas, ya no afecta saber que la cosa no era como la pintaron en el prospecto. Así como se tuvo una amalgama de sujetos a tratar, del mismo modo tienes una selección docente, también dividida entre humana y semi-humana, de la cual uno puede realizar la selección que mejor le acomode y en esa agonía por hallar las opciones más decentes que se puedan, diversos convoyes consecuentes y no tan consecuentes han invadido nuestro espacio para invitarte a sus talleres, ya hemos realizado al menos una veintena de dobletes, aprendimos que el comercio de panchos es fuente primordial de ingresos más aún si no se es ni practicante, ya nos habrán tildado de terrucos otra veintena de veces y se ha postulado al tercio más por inercia que por convicción.




Asambleas van, asambleas vienen, y poco a poco nos adentramos en el San Marcos indómito. Descubrimos que los jardines del campus no son solo para la tertulia productiva y ya sabemos en los alrededores nos esperan espacios para departir en el momento que uno lo desee, y si estamos con suerte podemos toparnos con coordinaciones y arreglos que no precisamente van acorde con lo que se haya pactado en las reuniones de nuestro centro de estudiantes, nuestro gremio o incluso del propio rectorado. Ni los Fray Tomases, ni los Melchores de la Nava, ni los Toribio Rodriguez, ni los Luis Albertos ni mucho menos los Manuelitos Burga pudieron con esto.
Siguiendo con lo académico, razón por la cual decidimos aventurarnos en este mundo, más allá de las clases, en todo momento podremos ser partícipes de conferencias, conversatorios, debates y talleres de verdad, los cuales complementarán la formación que se tuvo tanto en las aulas como por iniciativa de cada quien. Cada carrera y especialidad cuenta con una semana especial en la que los estudiantes harán gala de su capacidad de variedad temática y convocatoria, a veces en desmedro de la organización, para hacer conocer al resto de estudiantes la importancia de su disciplina para con la sociedad. Gracias a estos espacios, quien escribe estas líneas tuvo la oportunidad, al igual que muchos otros, de abordar sus reivindicaciones ya no solo en los pasillos de su facultad, sino también en un auditorio por lo que ahora no queda más que seguir esta senda del bien.
Ya para nuestros últimos años habremos formado una excelente collera de la cual recibiremos su apoyo en el momento en que lo necesitemos y cargado sobre nuestras espaldas al menos una temporada de militancia, 2 bombos de sikuri y 3 o 4 sustitutorios. Pero pese a ello, nadie nos podrá quitar la dicha de haber sido parte de una casa de estudios que más que una cuatricentenaria, es el lugar del cual aprendimos lo que no nos enseñaron en todos nuestros años de formación anteriores a nuestro paso por los ambientes de la decana, tanto en la ciudad, la Casona y espacios afines. La Decana de América es, por qué no decirlo, un resumen del Perú anclado entre Lima y el Callao. Feliz aniversario San Marcos. 




jueves, 28 de abril de 2016

Copa Presidencial 2016


Por Luis R. Carrera


El pasado 9 de abril del presente año concluyó la fase regular de un campeonato que no solo erige a un vencedor sino que además. la definición de este campeonato terminará rigiendo los destinos del país esté o no de acuerdo la hinchada con el resultado. A continuación se mostrará el desarrollo de la copa y la tabla de posiciones final:

Keiko: El equipo líder con triunfos obtenidos en mesa se logró afianzar en la tabla gracias a los puntos que ROBÓ de visita y en una que otra urna. Hoy, por obra y gracia de organismos reguladores y la falta de memoria de la hinchada, es puntera absoluta pero al no haber podido sustraer los puntos necesarios para campeonar, tendrá que jugar un repechaje con el segundo puesto.

PPK: Con refuerzos extranjeros y ahora sin mascota, este cuadro prácticamente de “masters” supo valerse de los puntos dejados por el equipo morado y el cuadro ‘millonario’, los que hicieron más por él que su propia campaña, logró llegar sorpresivamente al segundo lugar cuando todos avizoraban un partido de despedida de todo el plantel y tras haber superado a su par (aunque en la realidad no tan par) cusqueño, jugará el play-off con Keiko.

Vero: Se proyectó formar un buen plantel desde su ascenso el año pasado con elementos de la Ciudad Imperial, pero cargó también con refuerzos limeños clasemedieros. Afortunadamente pudo ver a tiempo qué había más allá de los flashmobs en Miraflores y armó un equipo competitivo con refuerzos de muchas partes del país, aunque siempre con un remanente capitalino, y peleó el título hasta el final. Ahora con una clasificación a Sudamericana asegurada, debe llevar de la mejor manera las siguientes temporadas si es que en el futuro no quiere acompañar a la Tía Regia en Segunda.

Barnechea: Se perfilaba como otro equipo que iba a capitalizar los puntos de los desafiliados como los equipos que lo antecedieron, pero los partidos que cedió de local le pasaron factura, más aún cuando de visita no logró punto alguno y un chicharrón valió más que su idea de juego. Si se mantiene la base del equipo y refuerzan las canteras, el virrey y su gente tendrán claras opciones de pelear el título el próximo torneo.

Alan: La escuadra de los narcoindultos decidió apostar por lo mismo de siempre creyendo que recurrir a las viejas figuras le bastaría para volver a encandilar a la afición, pero no contaban con que los hinchas ya sabían de memoria cada jugada suya y ni les importó verlo en la cancha. Sus rivales de turno también conocían su juego por lo que les fue fácil doblegarlo, al punto de que su clásico rival lo goleó sin piedad. Se quedó en primera más por pena que por méritos propios.

Goyo: Frente a la presión de los de arriba para que siga los pasos de la escuadra humanista y de la amarilla y resigne la categoría, este aguerrido cuadro opuso férrea resistencia y permaneció en la competencia. Imbatible de local, consiguió los puntos necesarios para moverle el piso a los interesados en mantener la idea de juego predominante y meritoriamente, aunque con un poco de recelo por parte del equipo cusqueño, se mantuvo en Primera.

Popy: Hasta las fechas finales del torneo era el colero absoluto, pero le bastó ver que tenía en frente al clásico rival para jugar como no lo hacía desde la época de los vladivideos y aplastó sin piedad a un plantel que ni en su feudo aprista era aceptado. Este envión anímico y el apoyo de la hinchada por esta hazaña ayudó al cuadro de la escoba a mantener la categoría, para sorpresa hasta del propio Olivera.

Toledo: Otro equipo que, al igual que Alan, no apostó por sus canteras y dejó todo en manos de su líder “sano y sagrado”. Las consecuencias fueron que ni de local pudo hacerse fuerte, entre otras cosas por confundir el fulbito con el fullvaso, y fue avasallado por sus contrincantes. Su permanencia está en duda aunque todo indica que saldrá de la División de Honor, sin honor.

Miguel Hilario: Su poca experiencia en la Profesional le impidió sacar cara por el interior del país y aunque mal que bien pudo obtener algunos resultados positivos en su tierra, eso no alcanzó para mantener el nivel que la competencia exigía y pese a que dio su mejor esfuerzo, perdió la categoría. Esperemos que haya aprendido lo suficiente de esta incursión en Primera y logre consolidar un plantel de cara al futuro.

Ántero: El ser otro equipo de “masters” como PPK pero sin jugadores aptos para competir en esta Copa le pasó factura a la escuadra felina, de la cual la gran mayoría no sabía de su existencia durante gran parte del torneo. Sin imponer condiciones ni de local ni de visita, el destino de este cuadro no era otro que la Segunda, división de la que probablemente no regrese.

Terminada esta parte del torneo y según los resultados, quedó definido que serán Keiko y PPK los equipos que, por haber quedado en primer y segundo lugar respectivamente, jugarán el play-off por el título. El encuentro será a partido único en la sede del Jurado Nacional de Elecciones (es decir, Keiko será local). De quedar empatado el compromiso, ambos equipos irán a tanda de penales (comenzando por la Base Naval) hasta definir al campeón de la Copa Presidencial.

Se nos viene la final menos deseada por las grandes mayorías pero que nosotros mismos ayudamos a definir.  Ni modo, el  Perú lo quiso así.


lunes, 4 de abril de 2016

"Pepe" Luciano para todo el mundo



Por Luis R. Carrera

Es triste cuando se pierde a alguien de manera inesperada y repentina, ya sea dentro del entorno familiar o círculos cercanos, y el pesar es mayor cuando descubres que ese alguien trataba de enriquecer a una sociedad tan contrariada como la nuestra, la cual si por estos días padece para hallar la ansiada consolidación, mayor era la angustia por esos años en los que este amauta contemporáneo nos dejó. Aquel hombre que si bien no era el enviado por los apus que aparentemente estuvimos y seguimos esperando para nuestra redención pero sí alguien que contribuyó a crear una nueva visión de país era nada más y nada menos que José Carlos Luciano Huapaya. “Pepe” para los amigos.

Nacido en Lima el 8 de marzo de 1956, pasó los primeros años de su vida recibiendo la formación de 2 tradiciones afroperuanas al ser de padre chinchano y madre maleña, pero producto de una aculturación que él explicaría muchos años después, no se percibía a sí mismo con una identidad en particular (historia que no me es ajena), hasta que el racismo, viejo conocido en nuestro devenir, llegaría a él desde muy joven. Al ser uno de los más destacados alumnos de su clase, fue víctima de envidias y entredichos que cuestionaban que un negro se halle tan capacitado para el estudio. Es que claro, alguien como él debería estar dedicado a la chacota para luego de terminar la secundaria dedicarse a cuidar casas, lavar el carro de algún Miró Quesada o por último, ponerse a vender su ranfañote, jugar su pelotita, tocar su cajón o hacer otra de esas cosas que le gustan. Qué es eso de andar estudiando y querer ser profesional, habrase visto.

Fue al ingresar a San Marcos que descubre su negritud; esto gracias a la amistad que entabla con José “Cheche” Campos, estudiante al igual que él y que había tenido la inquietud de indagar en su pasado más allá de lo familiar mucho antes que “Pepe”, quien para ese momento trataba de hallar algo más que el materialismo histórico y las variantes del mismo que inculcaban sin peligro alguno de ser tildado de "rojete" o resentido social (tiempos aquellos). Es “Cheche” quien lo ayuda a visualizar otros rumbos del análisis social y qué mejor camino que el conocer los orígenes propios, más aún en una época en la que por estas tierras, al zambo solo se le destacaba por ser de Chincha, parece que todos eramos por defecto oriundos de esta provincia, y jugar bien al fútbol. Por tal motivo es que Luciano decide emprender junto a su futuro yunta de mil batallas emprender un camino que afortunadamente no se ha dejado de lado tras su partida.

Para la década de 1980 ya se encontraba trabajando en el Instituto de Investigaciones Afroperuanas (INAPE) dirigido por su amigo Campos y a partir de ahí intensifica su plan de recorrer todo pueblo habido y por haber en el que existía algún vestigio, por más vetusto que fuese, de la historia negra del país. Fue así que logra vincularse con quienes vivían en tales pueblos y ciudades, de los que rescataba su pasado por medio del mecanismo más efectivo para conocer lo sucedido con quienes no tienen una historia escrita, como nos ocurre a todo negro que ronda por este mundo: la tradición oral. Es a través de los recuerdos y costumbres de los habitantes de cada lugar visitado que de a poco se fue reconstruyendo el devenir de la población afroperuana, tantas veces negada por la historia oficial.

Gracias a esta iniciativa contribuyó al fortalecimiento del trabajo que venían haciendo años atrás organizaciones culturales como Teatro y Danzas Negras del Perú y Perú Negro, pues ya no solo hablaban de lo negro desde el ámbito artístico sino que ahora se luchaba por conocer el rol histórico del afroperuano a lo largo del tiempo y otorgarle un mejor posicionamiento del otorgado en base a sus aportes en lo artístico y en todos los campos posibles. Estos esfuerzos y su trajinada labor en el Instituto de Defensa Legal (IDL) lo acercarían a agrupaciones nacientes en esa época como el Movimiento Negro Francisco Congo, organización de la cual se convertiría en mentor algún tiempo después.

Si hay algo que caracterizó al buen “Pepe” fue su capacidad para sintetizar sus argumentos de manera que estos sean fáciles de comprender por todo tipo de audiencia pues él deseaba que el trabajo que venía realizando desde la sociología y la experiencia propia llegue a oídos de la mayor población posible. A su parecer, ya era tiempo de que tengamos consciencia de dónde provenimos, cuál ha sido el papel que nuestros ancestros jugaron y el porqué de la situación en la que ahora nos encontramos. Tales apreciaciones no se centraban únicamente en lo negro pues él afirmaba que el aislamiento y marginación también lo sufrió el hombre andino por lo cual, era realmente necesario tener presente que problemáticas que aquejaban, y nos siguen aquejando, como el racismo continuarían si no percibíamos el desarrollo del mismo. Es ahí que entra a tallar la mentada aculturación que no es otra cosa que la pérdida de nuestra propia identidad por cederle lugar a una cultura ajena, ya sea por imposición o necesidad. Tales palabras pueden ser leídas en la compilación “Los afroperuanos. Racismo, discriminación e identidad” que el Centro de Desarrollo Étnico (CEDET), organismo de la que formó parte los últimos años de su vida, publicó hace algunos años. Al leer ese documento podrán comprobar que sus intervenciones pese a tener más de 15 años la más reciente, se verán tan cercanas a nuestro contexto pues aquello que él planteara décadas atrás se sigue sufriendo hasta nuestros días.

Lamentablemente la vida no le dio el tiempo necesario para seguir afianzando sus ideas y el cáncer lo alejó de este mundo el 8 de abril del 2002. Han pasado ya varios años de su partida y como se dijo líneas arriba, no ha sido en vano su labor y todo lo que expuso en vida pues afortunadamente se sigue rescatando su memoria a través del recuerdo de lo que alguna vez expusiera en conferencias o algún manuscrito elaborado a la volada pues no llegó a hacer un libro completo que de inmensa ayuda hubiese sido para la negritud peruana, la cual sigue tratando de comprender su propia historia fuera de los preceptos establecidos y los estándares de toda la vida, como nos lo había inculcado. Que Elegguá y Changó lo tengan en su gloria.  






Referencias:


·   Cimarrones, Comunicación interétnica global, Libro de Pepe Luciano: Los Afroperuanos. Trayectoria y destino del Pueblo Negro en el Perú. Disponible en: http://www.cimarrones-peru.org/pepe.htm

·  Rosina Valcárcel, El amauta negro, José Carlos Luciano, 2009. Disponible en: http://www.noticiasser.pe/opinion/el-amauta-negro-jose-carlos-luciano

·      Luis Rodríguez Pastor, 60 años del líder afroperuano José Carlos Luciano, 2016. Disponible en: https://rocolaperuana.lamula.pe/2016/03/08/60-anos-del-lider-afroperuano-jose-carlos-luciano/luchitopastor/

·   José Carlos Luciano, Los afroperuanos. Racismo, discriminación e identidad, Centro de Desarrollo Étnico – CEDET, 2012. 

martes, 2 de febrero de 2016

Rimas para el Rimac



Historia y tradición
en un mismo lugar
del cual afirmo sin dudar
que es mi Rimac de corazón.

Cuna de criollos y jaraneros
salidos de las quintas de antaño
los cuales año tras año
se volvían más pendencieros.

Pero esta vaina da para más
si queremos ensanchar estas rimas
pues la historia del Rimac,
viene de más atrás.

Ya pasados los Incas
y la época del tambo
surgió en esta finca
el barrio de Malambo

Curioso sincretismo se formó
entre indio y negro congo
luego de que este último exclamó:
La fulería yo la pongo.

Por esos cerros en los que al andar te caes
la algarabía continuaba,
y por tal motivo se consolidaba,
la Fiesta de Amancaes.

Pero más allá de este agasajo bonito
podemos hablar de lo aquí creado
y qué mejor legado
que los monumentos del distrito.

Tenemos la Plaza de Acho,
la Alameda y la cruz del San Cristóbal
y no te la cuento toda,
porque tienes que venir pues caracho.

En el deporte fuimos mito
con el querido Sport Progreso
Pizarro, CADRE y Aromito,
hay que llegar a eso.

De nuestros 'llonjas' y solares
sacamos Amor fino y festejo
además de otros cantares
pa’ que te hagas más pendejo.

Y si quieres otra quimba
Los Pakines dicen presente
ya ni te cuento que “Abajo el puente”
ahora suena la timba.

Por eso el 2 de febrero,
cada quien celebra como puede,
y aunque en lo político estamos en debe
mi Rimac sigue fulero.



Luis R. Carrera




jueves, 21 de enero de 2016

Los revolucionarios del siglo XXI


Por estas fechas hace 4 años, esbocé una crónica dedicada a unos individuos inmersos en la actividad política cuyas particularidades los hizo rápidamente llamativos y pintorescos dentro de la fauna consciente y combativa. Fueron los herederos de la izquierda no tan radical de los años 70 y 80 (o al menos de eso tratan de convencerse) y por tal motivo recibieron rótulos y etiquetas que si bien pueden ser exageradas para ellos, tanto por temporalidad como por falta de méritos, los han marcado hasta el día de hoy y muchos de ellos poco o nada han hecho para escapar de dichos señalamientos. Hoy, amparados bajo la protección y solidaridad del frente rojiverde, tratan de evolucionar en su desenvolvimiento entre las masas populares y también en las altas esferas de sus correlaciones y tienen la esperanza de un resultado alentador en los comicios que se vienen ya que cómo se den las cosas en esta nueva jugada dependerá su subsistencia, al menos en lo estrictamente político. Es este aparente firme intento de supervivencia y madurez que se ven actualmente lo que me impulsa a volver a publicar este escrito ya que además de todo lo dicho, aún quedan aspectos mencionados en el texto que persisten en su comportamiento. Y tal como lo hice aquella vez, les vuelvo a desear las mejores vibras.

Sin más preámbulos ni odas al progresismo por hacer, aquí el texto:


Los revolucionarios del siglo XXI

En los últimos años, una nueva facción del progresismo ha visto la luz. Un contingente de individuos deseosos de entrar en la escena política (tanto nacional como universitaria) ha comenzado a activar en distintos espacios en donde por medio de formas originales y alternativas (así nos dicen) de activar, nos garantizan que en menos de lo que pensamos, la revolución estará en la puerta de nuestros hogares. A pesar de que sus orígenes se remontan a las últimas décadas del siglo pasado, fue recién en este último décenio que estos personajes comenzaron a aparecer en mayor cantidad que antes, ganando presencia entre la ciudadanía y llamando la atención por sus nuevas formas de lucha, las cuales se han hecho más notorias en lo últimos 2 años.
Basándose en su labor en distintos centros de ayuda y asistencia social (llámese ONG's, etc.) fueron desarrollando proyectos, eventos y ayuda en general hacia lugares donde el Estado se demoraba en hacerse notar o en la mayoría de los casos, nunca lo hacía. Su labor fue destacada en muchas ocasiones recibiendo financiamiento extranjero para tales proyectos, muchas de estas personas recibieron cierto reconocimiento y fue así como muchos empezaron a seguir con esta labor por su cuenta, o formando agrupaciones más pequeñas. Es decir, en el momento en que entrábamos a un nuevo siglo (y milenio de yapa) su labor asistencial marchaba bien y se les aplaudía por ello, hasta que un buen día, las influencias de la posmodernidad cayeron sobre estos personajes y comenzaron a involucrarse en todo lo que pudieran.
Aunque ya esta situación se había presentado años atrás, no fue sino hasta la década pasada que esta influencia se fue haciendo más fuerte y, por lo tanto, más notoria al punto de que, no contentos con tener el manejo de muchos de los centros de proyectos y asistencia social antes mencionados, ahora también pugnaban por hacerse de un espacio dentro de las universidades.
Fue así como al inicio de la primera década del presente siglo, universidades como San Marcos y La Católica (principal centro de producción de estos individuos), ya mostraban que nuevas formas de lucha se venían formando al interior de sus distintos espacios, al punto de haber conseguido un considerable manejo de cierta escuela de mi facultad, remitiéndonos al caso sanmarquino. Estas formas alternativas de participación (palabra clave en algunos aspectos relacionados al nuevo contingente) fueron ganando la simpatía de muchos estudiantes quienes cayeron en su juego ya que vieron en ellos un estilo original de organización.
Del mismo modo ocurrió en las calles. El contingente ya mencionado ya era considerado un grupo, el cual, con la posmodernidad a flor de piel, enfocaba sus deseos de trabajar o activar hacia reivindicaciones de las cuales querían ser partícipes y, por qué no, caudillos. Y así, mientras el común de la gente pensaba en cómo conseguir un mejor empleo, cómo evitar que sus hijos les sigan sacando plata o si Perú clasificaría al Mundial esta vez, ya éramos testigos de la creación de eventos político-culturales en donde uno podía notar la presencia de estos nuevos "camaradas". Las elecciones municipales del 2010 jugaron un papel fundamental en el desarrollo político, económico, ideológico, social y etílico de los nuevos activistas.
Estos eventos político-culturales, han sido de mucha importancia y sirvieron para entretener y, al mismo tiempo, concientizar a la población (otra palabra clave). Su labor estaba siendo del agrado de mucha gente, aunque con críticas de por medio, y se les estaba dando cierta importancia, hasta que la posmodernidad dijo otra vez presente y las actividades político-culturales se inclinaron hacia lo primero, tratando de emular a sus ídolos que triunfaron en los 80. A partir de ese momento, estos nuevos impulsores de la reivindicación y la inclusión social comenzaron a hacerse cada vez más pintorescos y, en ocasiones, estrafalarios. La idea de ser ellos la vanguardia dentro de la izquierda peruana fue calando cada vez más hondo dentro de sus mentes y en cada evento que se realizaba siempre los veríamos ahí, tratando de estar en primera fila, peleando palmo a palmo por tomar aunque sea 2 o 3 veces el megáfono para así hacer notar a la ciudadanía que ellos serían los que nos llevarían a algo más grandioso, inclusivo y revolucionario que el peronismo de 'Bombita' Rodríguez.
Hasta ahí, salvo ciertas exageraciones con risas de por medio, el accionar era aceptable ya que la intención es lo que cuenta, como dicen por ahí, pero todo hubiera sido mejor si muchos de esos mismos que ya para este entonces se nos mostraban como los abanderados de la inclusión social, se hubieran creído por lo menos 2 horas al día su propio discurso. Es sabido que muchos de estos individuos (de los cuales ya a estas alturas deben haber recordado cómo se les llama cuando están en conjunto) muchas de las cosas que dicen o hacen con megáfono en mano, son dejadas de lado una vez que cruzan los umbrales de sus casas, en donde una vez que llegan de una agitada movilización, encienden sus modestísimos LCD mientras piden a su empleada que les sirva la comida y que no salga de la cocina si es que no se les llama para algo (tamaña inclusión social que espero no se cumpla en todos los casos).
Si es que alguien hasta ahora no ha logrado adivinar sobre quiénes estoy hablando o no los puede sacar a simple vista, les soltaré algunas características: Si van a algún evento o acto político-cultural (nuevamente la palabrita) organizado por la Municipalidad de Lima o asociaciones afines, verán que entre el público habrán ciertas personas vestidas de verde (en sus distintas tonalidades) y a su vez, ataviadas con cierto tipo de indumentaria autóctona que estarán buscando una forma de hacerse notar ya sea tomando la palabra o con su sola presencia. Con estos datos es muy poco probable que los vuelvan a perder de vista en algún otro evento que se lleve a cabo en la Plaza San Martín.
Con todo lo expuesto, no estoy denigrando la labor que hacen principalmente, los que crean y promueven estas actividades, ni mucho menos restar mérito a las ganas de trabajar de algunos miembros del conglomerado mencionado con anterioridad, pero lo que sí sería bueno es que se den cuenta en dónde están parados y que entiendan que el reivindicar no solo implica ponerse un chullo o una pollera en algún flashmob que se de en algún lugar de la capital (de preferencia cine) o decir que uno escucha a Bareto, La Sarita o La Nueva Invasión todo el santo día, ni tampoco se es revolucionario poniéndose adelante en alguna marcha para luego no saber por dónde salir cuando se tiene a la policía en frente. Así que, es necesario que este consejo se tome en cuenta antes de que se quiera impulsar algún otro besatón o se esté inmerso en alguna marcha de cuadra y media. Fuera de todo esto, mis queridos hueveras de esturión (remitiéndome a un conocido Panfleto de Facebook), desde aquí les mando todo mi cariño y mis buenas vibras, continúen con lo suyo no sin antes darle una pequeña revisada a estos tips que he plasmado en este escrito, como para que bajen un poquito cualquier atisbo de posería. Una vez hecho esto, sigan adelante, mucha suerte en todo. Al menos ustedes no piden amnistía.



Lima, 17 de enero del 2012