lunes, 12 de octubre de 2020

Cantándole al 12

 


Por Luis R. Carrera

El 12 de octubre no es una fecha cualquiera, sobre todo para quienes vamos heredando a través de generaciones todo elemento que España dejó en suelo americano el tiempo que aprovechó estas tierras lo más que pudo. Ese encuentro entre taínos y las huestes del navegante genovés marcó un antes y un después en la historia mundial y cada quien lo interpreta a su modo. Para algunos significó el inicio del proceso de civilización que buena falta le hacía a los indios del siglo XV y que permitió que hoy tengamos un desarrollo cultural del cual podemos vanagloriarnos, mientras que para mentes más racionales fue una invasión y un posterior saqueo y destrucción de pueblos que venían en un franco ascenso evolutivo a nivel social y productivo, situación que ya se venía dando entre los propios pueblos americanos solo que con menores grados de brutalidad.

Distintas han sido las formas de analizar tal fenómeno a lo largo del tiempo, siendo la historia la disciplina que ha brindado a la humanidad las mayores reflexiones sobre lo acontecido en el lejano 1492, además de las repercusiones que la abrupta entrada de Cristoforo Colombo (nombre italiano del ‘peluca’ de las carabelas) originó en quienes vivieron y los que seguimos viviendo en el continente que entregó a los Reyes Católicos. Pero no solo la ciencia histórica ha tocado tan controversial tema, sino que también el arte ha dado su cuota de análisis al respecto, siendo la música una de sus ramas la que ha dejado huella con mayor intensidad en los últimos años.

Durante los festejos (para algunos) y las polémicas (para otros) por los 500 años de la invasión europea, la música del “Nuevo continente” hizo sentir sus notas y acordes pues las naciones que alguna vez fueron tierra doblegada por el yugo español se vieron en la necesidad de manifestarse ante un 12 de octubre tan especial como lo fue el de 1992. Aquel año, distintos exponentes de la canción en habla hispana expresaron su sentir sobre aquel violento cruce de cosmovisiones e idiosincrasias que formó a Latinoamérica tal y como hoy la conocemos, por lo que la conmemoración de los 500 años de continua presencia europea en América fueron el incentivo necesario para que la música de esta parte del mundo exponga, desde distintos géneros, su parecer ante aquella celebración vitoreada casi por inercia.

Fueron varios los músicos que a inicios de la agitada década de los 90 se animaron a componer y difundir canciones alusivas a lo que hasta ese entonces se seguía llamando formalmente como “descubrimiento de América”, las cuales pasaron a la posteridad por el mensaje que en ellas se plasmaba, el cual no iba tan acorde al discurso oficial ya que mostró formas alternativas de evocar lo que ocurrió después del grito de Rodrigo de Triana. Es por ello que he seleccionado algunas de las canciones que en la última década del siglo XX marcaron época al entonar en sus letras el tema ya mencionado. Se han seleccionado como muestra 5 temas, entre nacionales y extranjeros, de artistas y agrupaciones reconocidos por el público peruano y que hace casi 30 años dejaron un claro mensaje sobre lo ocurrido 5 siglos atrás; temas que hasta el día de hoy se siguen tocando para beneplácito de los amantes de la música. A continuación, un breve análisis de la temática de las canciones seleccionada para esta crónica.

Los Fabulosos Cadillacs – V Centenario (Álbum Vasos vacíos, 1993)


Tema infaltable cuando de hablar de América se trata. Vicentico y sus muchachos lo dan todo en esta canción que removió conciencias y fomentó pogos, algo que sigue haciendo en nuestros días, razón por la cual este legendario tema de la órbita rockera argentina ha sido versionado en distintos escenarios, desde un concierto en el Luna Park hasta un concurso interfacultades de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. La canción en sí se compone de una intro semejante a nuestro querido festejo en el que voces infantiles entonan en español unas líneas de la condescendiente canción America del filme Amor sin barreras (usada previamente por Rubén Blades en Pedro Navaja) hasta que luego de una breve pausa dan paso a un ska ultra agresivo que rompe con la aparente armonía que se mostraba al inicio, señal de que la crudeza con la que narran los hechos reales se trae abajo los mundos ideales que algunos interesados tratan de imponer.

En cuanto a la letra, la lírica de la canción no hace sino manifestarnos desde el inicio una idea que por mucho tiempo se trabajó y discutió tanto en la academia como en conversaciones cotidianas: En el quinto centenario, no hay nada que festejar. Y en efecto, no tiene sentido celebrar con algarabía un acontecimiento trajo cambios que si bien fueron fundamentales para la futura dinámica social del continente americano, estos se dieron a costa de la interrupción del avance de las civilizaciones originarias dominantes en la región y la inmediata supresión del común de los pueblos autóctonos que recibieron un nuevo idioma y una nueva religión a cambio de la eliminación de sus propios legados culturales, lo cual significó además asesinatos masivos de indígenas tras brutales derramamientos de sangre, sangre nativa, sangre de la tierra. Tan solo fue una invasión más, como tantas que se han dado a lo largo de la historia, que no debería tener carácter festivo alguno. Los Fabulosos Cadillacs llevaron esta réplica a la historia oficial a lo más alto de la música latinoamericana contemporánea y hasta el día de hoy es un referente para toda agrupación que desee alcanzar el nivel de transgresión que la mencionada banda alcanzó con este éxito, obra de Flavio Cianciarulo, y muchos otros que lanzara en su mejor época.

Rubén Blades – Conmemorando (Álbum Amor y control, 1992)

Es por todos sabido que Rubén Blades dio una esencia reflexiva e innovadora a géneros como la salsa y ritmos de su tierra, Panamá, siempre ensalzando el sentir del pueblo latinoamericano. El álbum Buscando América fue el ejemplo máximo de concientización de los oyentes a través de su obra musical con temas de antología que llegaron a ser censurados en algunos países por no ser convenientes para las dictaduras de los años 80. Pero en esta ocasión, el tema elegido pertenece a un disco posterior al citado, en el que podemos hallar una composición que se enfoca directamente en el llamado “Día de la raza” y la percepción que muchos pobladores de tierra americana iban tomando respecto a esa fecha, la cual distaba mucho de la que ofrecían los libros escolares. Fue así que quienes tuvieron la dicha de oír tan notable canción en el tiempo de su estreno pudieron comprobar que realmente había otras formas de interpretar las travesías de Colón más allá de lo que se decía en los colegios. 

Conmemorando, título del tema en cuestión, nos narra la historia de aquella travesía que 3 carabelas llevaron a cabo hacia nuevas tierras, describiendo tanto conglomerado de tripulantes que iban navegando como la incertidumbre y ambiciones que el rebelde, el incrédulo, el valiente, el plebeyo junto al noble en el mismo pasodoble, idealistas, mercenarios y patriotas, tenían respecto al nuevo mundo al que se aproximaban, magistral descripción de lo que vivieron todos lo que viajaron bajo el mando de Cristóbal, individuos de toda calaña que se aventuraron a zarpar de Puerto de Palos. Seguidamente, pone de manifiesto las nefastas consecuencias para quienes vieron llegar a tanto hispano a su tierra: vejaciones, humillaciones e injusticias producto de la codicia de los que desembarcaron con Colón y de los que siguieron arribando en los años siguientes. Todos ellos bajo el amparo de la cruz que cambió la visión del poblador americano pre-mestizaje mientras sucumbía ante el flagelo europeo, flagelo que sentenció el destino y el devenir del continente que habitamos. Por tal motivo, Rubén cierra el tema con una pertinente reflexión que señala cómo es que debe tomarse el 12 de octubre: “Conmemoro, pero sin celebración”. Y en efecto, el día en que se “descubrió” América lo tenemos marcado en el subconsciente, pero debemos recordarlo sin algarabía ni celebración, tal y como se ha hecho con otros eventos históricos igual de determinantes que la llegada de las carabelas.

Aunque Conmemorando no es de los éxitos más rankeados de Blades, conocer esta creación suya es más que necesario pues aparte del llamado a la reflexión al que nos exhorta con su letra, tiene un acompañamiento hasta ese entonces novedoso en la música de Rubén, pues en la década del 90 empezó desenvolverse en estilos musicales alejados de la salsa y es justamente en el álbum Amor y control donde logra plasmar su cometido artístico. De ahí que Conmemorando se presente como un tema que se asemeje más a la balada que a la rumba. Toda una obra maestra que solo se podía lograr con el grupo Son del Solar, sus grandes aliados en esos años

Grupo Río – Al norte de América (Álbum Strip Tease, 1992)

La música peruana dice presente en este armónico recuento alusivo a la fecha a través de una de las bandas más afamadas del rock nacional. Saliéndose un poco de las universidades y de lo peor de todo de estar con alguien, la mancha de “Pocho” Prieto lanzó una letra que señala lo que para ellos significa el “Día de la raza” en el año del quinto centenario de la llegada de Colombo (Colón en italiano, como ya se ha dicho), la cual bajo acordes de New wave ochentero busca concientizar a su fanaticada y al público peruano en general sobre cómo percibir el 12 de octubre, día en el que en vez de festejar, tenemos que reflexionar quién es quien debe pagar. Y es que Río se suma al pelotón de los que pusieron su aporte para cambiar la mentalidad del público respecto a ese encuentro de 2 mundos que tanto se nos ha promocionado desde nuestros primeros años de vida y que hasta hoy es evocado con alegría por quienes aún se sienten súbditos del Imperio Español a pesar del paso del tiempo.

La letra consta de un señalamiento constante de lo hecho por quienes entraron a este nuevo mundo tanto al sur como al norte de América. Ingleses, franceses, portugueses y españoles son traídos a la memoria por sus deplorables acciones 500 años en el pasado, las cuales fueron normalizándose con el tiempo pero que ahora eran sacadas al fresco por medio de una melodía que hacía creer que aún se seguía en los 80 y que sonaba mientras “Pocho” acusa lo que hicieron los europeos durante la invasión post “descubrimiento”, como imponer su ley y separar naciones hermanas como lo ha hecho el Estados Unidos actual, considerado el heredero del imperialismo de antaño, mencionado también en esta canción tras un conteo de todo lo que el ladrón robó. Así es como se desarrolla esta rola de inicios de los 90 que de alguna forma trata de hacernos ver un lado de la historia por mucho tiempo obviado de la discusión cotidiana y que, para alegría de los autores de Televidente, aún suena en las radios locales.

Tierra Sur – Cinco siglos (Álbum Mi marimba, 1992)

El reggae también quiso intervenir en los homenajes y por esa razón, “Pochi” Marambio y su Tierra Sur se apuntó con tema hecho con el legendario ritmo jamaiquino para hacer sentir su voz de protesta ante los, por aquel entonces, venideros festejos por los 500 años. Fue así que dentro del álbum que contiene a la explícita canción que da título al disco, la banda N° 1 del reggae peruano incluyó su propio manifiesto sobre la incursión de Occidente en 1492, el cual por más de que busque concretar un justo reclamo, mantiene esa contagiante rítmica que la caracteriza a la música rastafari.

Una intro marcada por un sonoro bajo nos lleva al característico beat del legado de Marley y Peter Tosh en el que se desenvuelve el tema. En él, “Pochi” y su coro entonan un canto en que hacen notar las celebraciones que se avecinan por los 5 siglos de mestizaje. Guaripolas y fuegos artificiales se impulsan desde Europa y el norte anglosajón anunciando la llegada del quinto centenario, mientras los sudacas nos preguntamos qué hay que celebrar, indica Marambio. Y es que el bravo del reggae en el Perú también se suma al bando de los que cuestionaron la celebración de la conquista de América en los 90, la década más alienante para Latinoamérica que por supuesto afectó al país tergiversando aún más las mentes peruanas, tanto en lo inclusivo como en lo racial. Hay que destacar el momento en que resalta la crítica a los cuestionamientos, la cual califica de “chauvinismo tercermundista” a toda oposición a lo ya establecido. Tal señalamiento aún podemos percibirlo en nuestros días, con la salvedad de que el chauvinismo ha pasado a ser resentimiento social, la etiqueta más usada para callar toda crítica frente al stablishment de hoy.

Ahí radica la valía de este tema no tan marketeado de Tierra Sur, el cual culmina con un irónico agradecimiento por cinco siglos de herencia occidental, la que si bien inherente en nuestro acervo cultural, es necesario reconocer lo que se perdió (avances tecnológicos autóctonos, vidas humanas, cultos locales) para forjar la América en la que hoy vivimos. Gracias, por la contaminación, gracias por la discriminación, gracias por la Santa Inquisición dice “Pochi” al finalizar el tema, llegando así a lo que hasta el momento es el consenso general de asumir los hechos y las consecuencias de la entrada de Occidente, pero sin celebrarlos.

Oscar D’ León – Cristóbal C (Álbum El rey de los soneros, 1992)

No todo fue crítica o cuestionamiento a las celebraciones por el quinto centenario. Si solo se quiere bailar y rumbear por la llegada de Colón, este tema es el indicado pues aquí no hay acusaciones ni reclamos que valgan. Lo único que importa es pachanguear porque Colón, junto a un puñado de valientes con los que partió al occidente, logró su cometido de llegar a suelo americano a bordo de sus carabelas 500 años antes del estreno de esta canción.

Oscar D’ León nos invita a trasportarnos a aquel 12 de octubre en el que un genovés con grado de almirante zarpó del Puerto de Palos empeñado en demostrar su fantástica teoría, logrando finalmente su cometido gracias al empuje de sus valientes y la ayuda económica de Isabel, descubriendo durante esta odisea hermosas tierras hermanas en las que Cristóbal se afincaría luego de tamaña travesía. Un alegre relato que reforzado por un poderoso ritmo de salsa que el Faraón de la Salsa había adaptado en su auge como solista, en donde ya no eran los trombones los que llevaban la batuta como en sus tiempos en la Dimensión, sino que ahora se fundían en una potente amalgama con las trompetas, el piano y las percusiones, todos guiados por el infaltable contrabajo de Oscar y por supuesto, su majestuoso soneo para darle al oyente, y principalmente al bailador, un buen motivo para celebrar 500 años de mestizaje y diversidad, más allá de cualquier crítica que otros intérpretes quieran hacer a tan magnánima e intocable, para muchos, fecha. Una rica salsa para no cuestionar, solo festejar y rumbear por los cinco siglos de invasión occidental que como no podría ser de otro modo, es apta para bailarse y cantarse por quien desee.

Es preciso aclarar que no fue Oscar D’ León quien ideó esta distracción rumbera. El tema original es una creación de El Clan de Víctor, agrupación que a inicios de los 70 dio las condiciones para la formación de La Dimensión Latina que lanzó el tema 20 años antes de la adaptación del Rey de los soneros. Se escogió el cover ya que fue la versión noventera la que tuvo su cuarto de hora entre las preferencias de la audiencia peruana, que tuvo y sigue teniendo a Oscar entre sus favoritos. Ahí va la Santa María, La Niña, La Pinta y la Santa María.

Conclusiones

Queda claro que hay distintas formas de recordar el desembarco de Colón y lo que esto ocasionó en territorio americano y la lista de canciones mostradas es reflejo de eso. Podemos hacer una crítica sosegada, pero a la vez directa como lo hizo Blades, señalar culpables sin problema como Río, ir directamente a la yugular con un reclamo certero como los Cadillacs, incluir ironías dentro del cuestionamiento como Tierra Sur o simplemente obviar toda interrogante o contrariedad con el acontecimiento y solo rumbear con todo por la travesía de las carabelas como lo hace Oscar D’ León. Todos estos tipos de conmemoración son válidos si de escuchar buenas canciones se trata o hasta para reforzar nuestros puntos de vista, pues lo primordial tanto con el “descubrimiento” de América como con cualquier otro evento histórico es conocer las distintas interpretaciones que puedan haber, sean a favor o en contra del hecho. Es la vía más efectiva para ampliar el raciocinio propio pues de esa manera podremos apreciar la diversidad de pensamiento que nos brindan posturas ajenas la nuestra, lo que no significa creer ciegamente en lo que todos digan, pues podemos correr el riesgo de caer bajo influencias como las de Laje, el PSUV, Aldito, el pastor Santana, Antauro, los Latinos con Trump, el clan Graña, el FUDEPP, Forzay o los camaradas terraplanistas sin poder escapar de sus delirios y extorsiones.

Por ello, permitámonos darle una chance, al menos, a lo que intentan comunicar los intérpretes seleccionados y muchos otros que también difunden composiciones que lleven a la reflexión, pues de todos ellos se puede aprender una nueva forma de ver las cosas, ya sea a favor o en contra de lo que nosotros pensemos (queda en nosotros el apoyar o refutar los planteamientos que se nos presenten) pues qué mejor forma de concebir las diferencias que con un arte como la música mueve al mundo y lo seguirá haciendo hasta los últimos días del planeta.

Sigamos tomando el 12 de octubre como lo que realmente es: una fecha importante más entre tantos eventos históricos que se pueden evocar, con sus aspectos resaltantes y deplorables, e inculquemos esta forma de pensar entre los nuestros pues seguimos bajo la influencia de potencias del otro hemisferio, así que por lo menos que sea nuestro raciocinio lo que se mantenga libre y soberano.

 

lunes, 31 de agosto de 2020

Culpables en Lima Norte




Por Luis R. Carrera

La imprudencia, el alarmismo, la falta de preparación y la inoperancia de la autoridad han vuelto a ser una combinación fatal en estos tiempos de amenaza del COVID-19 y en esta ocasión, la suma de estos factores ha costado la vida de 13 personas que terminaron siendo las víctimas del episodio más triste de la pandemia en la capital peruana. El país entero está de luto por estas pérdidas y debería estar lamentando tamaña desgracia acontecida el sábado 22 de agosto. Digo que debería porque si pasamos revista de las publicaciones hechas sobre este hecho, nos toparemos con una realidad que difiere mucho de lo que comúnmente se suele hacer en situaciones trágicas. Así, veremos cómo las reacciones de la gente al enterarse de lo sucedido en Thomas Resto Bar se convierten en una clara y reciente evidencia de la percepción vida por parte de muchos usuarios de las distintas plataformas virtuales, además de comprobar lo poco que vale, para algunos, la vida del resto cuando se antepone la oportunidad de hacerse de dinero evadiendo burocracias municipales. Pero antes de esto, va un breve recuento.

Nos encontramos en el pujante distrito de Los Olivos, espacio símbolo de Lima Norte. Corrían los últimos minutos de libre tránsito en la noche del 22 de agosto de este presente y tan complicado año y todo parecía transcurrir el curso normal establecido luego de la cuarentena. De repente, algo ocurre en la Av. El Zinc, calle enclavada entre las avenidas Rosa de América y Alfredo Mendiola, a un paso de la Panamericana Norte. Música, risas y alaridos retumbaban al interior de la discoteca Thomas Resto Bar y el escándalo que este recinto originaba había hartado a muchos vecinos de las calles colindantes con la avenida ya mencionada. Fue así que, ante las insistentes llamadas a la comisaría del lugar, la policía decide intervenir el sitio por medio de un operativo de emergencia, situación que devino en la intervención del local, la detención de los asistentes y la huida de un grupo de estos entre los cuales se encontraban las 13 víctimas que pagaron todas las consecuencias.

El resultado no podía ser otro: tragedia nacional y repercusiones del hecho tanto en la prensa local como internacional. El Perú volvía a ser a estar ante los ojos del mundo y una vez más por causa de una tragedia, como para no perder la costumbre. De esta manera, supimos todos que la cantidad de asistentes fue 10 veces más que la cantidad de efectivos policiales que intervinieron el restobar, que solo había un acceso al local habilitado para las más de 100 personas que se disponían a romper el toque de queda y que esa única salida estuvo cerrada al momento de la estampida de los fiesteros cuya desesperación por huir de la autoridad los hizo realizar una triste recreación de lo ocurrido en el Nacional en mayo del 64. Esta fue la forma en que se consumó una tragedia que pudo evitarse muy fácilmente pero que fue fluyendo directo hacia la desgracia por una serie de factores que se entre juntaros esa fatídica noche y que si se examinan por separado notaremos que para la prensa internacional puede ser algo sorpresivo e inusual pero dentro del millón de kilómetros que preservan a esta patria han sido y seguirán siendo una constante entre nosotros. A continuación, los principales factores.

Los concurrentes

Sea por rebeldía, ansiedad o ignorancia, siempre encontraremos o tendremos noticias de vecinos que deciden ir en contra de toda muestra de racionalidad y salen a donde el destino los lleve sin importar la situación que se viva o los límites que desde arriba y en este periodo de pandemia le hacen el amague a la ley para seguir con el destrabe al que estaban acostumbrados. Así fue como a través de reportes y noticias supimos que ciudadanos de a pie, deportistas y hasta autoridades locales fueron descubiertos en reuniones y eventos que hoy están prohibidos como medida de seguridad. Eso fue lo que hicieron los temerarios asistentes a la fiesta organizada por el restobar Thomas la noche de aquel sábado en el que simplemente dejaron todo de lado y corrieron a ampararse en esas cuatro paredes que aseguraban una noche diversión absoluta. De nada sirvieron los mensajes en radio, televisión, diarios, las campañas, los mensajes a la nación ni los “Aprendo en casa”. Solo importaba esa promesa de alcohol y reguetón a discreción que Thomas Resto Bar garantizaba.

A nadie le queda duda que esto fue un acto completamente imprudente e inoportuno en un momento tan difícil como el que nos está tocando vivir y que aquellos que asistieron a esa fiesta a espaldas de la autoridad dieron muestras de total ignorancia y nulo interés por el contexto actual. Pero justamente ese rechazo a lo ordenado por el Estado tiene una razón de ser. Se ha visto el poco interés de algunos por seguir reglamentos, algo que no refleja otra cosa que una escasa consciencia de la crisis global que nos aqueja y un nivel de educación muy por debajo del promedio, pero esa falencia se origina en la instrucción limitada de los padres y demás familiares de cada uno de los asistentes a la fiesta, lo que a su vez tiene origen en la crisis de un sistema educativo que no da muestras de un cambio verdadero y que a pesar de ello es impartido a Los Olivos y otras zonas de la urbe periférica limeña espacios que hoy gozan de un crecimiento a nivel comercial pero que siguen dando señales de que un desarrollo pleno en esta parte de Lima está muy lejos de concretarse. 


La población, por su parte, percibe el desinterés de sus autoridades por lograr un mejorar las cosas y así es que deciden manejarse bajo sus propias reglas. Como resultado final tenemos núcleos familiares que instruyen a sus hijos con nociones básicas para subsistir, en base a las experiencias que padres y abuelos padecieron, poniéndolas por encima de lo que vendría a ser una consciencia ciudadana, al no ser esto un elemento que garantice, desde su punto de vista, una superación económica. Todo este entramado fue dando forma a los desatinos e imprudencias que cada uno de cientos de jóvenes cometió cuando decidieron ir a esa fiesta que nunca debió darse. Aclaremos que el ir a esa reunión clandestina fue un completo acto de idiotez pero que como ya hemos visto, no se forjó de la nada.

 Los “bravos” de Thomas Resto Bar


Todo el problema ya conocido tuvo su origen en aquellos empresarios que abrieron las puertas de su recinto teniendo pleno conocimiento de lo decretado por Vizcarrita y aun así, mantuvieron el horario y los eventos de siempre sin importar que existe un toque de queda de por medio. Podríamos entender que como administradores de un local necesitan seguir generando ingresos, pero no es este el caso, más aún si nos detenemos a analizar el proceder de los dueños y administradores.

El local, ubicado en la cuadra 2 de la Av. El Zinc en plena Urbanización Industrial Infantas en el distrito de Los Olivos, es uno de los 3 establecimientos que posee la empresa Monditex S.R.L., dedicada al rubro textil, la cual tiene como representantes legales a los señores Leandro Montoya Callirgos y Nélida Díaz Serrano siendo esta última propietaria del local ubicado en la urbanización industrial, rodeado de calles con nombres de metales para que quede claro lo industrial que es la zona. Es la señora Díaz Serrano quien alquila el establecimiento a los arrendatarios Job Luque Ayala y Judith Ortega Godoy, quienes ya con la autorización de la propietaria se vieron en la libertad de manejar el local como mejor les parezca. Así fue como nació Thomas Resto Bar.

 


La administración del lugar y el manejo en general de la empresa Monditex acarreaba una serie de problemas que venían desde la dirección de la misma, la cual no parecía querer solucionar. Si nos buscamos información de la compañía en Sunat, veremos que sus datos se encuentran desactualizados al no presentar declaración jurada desde el mes de mayo (fecha en la que solo registraba 6 trabajadores). Además, no taremos que el señor Montoya Callirgos figura como persona natural sin negocio para la realización de actividades inmobiliarias. El apego a la informalidad por parte de estos empresarios venía desde mucho antes de la tragedia y quizá sea esa una de las razones por las que ni a Nélida Díaz Serrano ni a Leandro Montoya les importó saber que a Job Luque Ayala le habían clausurado la discoteca La Guitarra Vip que administraba en Boulevard El Retablo, en el combativo Comas, por infringir normas de seguridad, más bien le renovaron el contrato el pasado mes de julio para seguir llevándose alguito en este tiempo de pandemia. Y ya con el contrato renovado, Thomas Resto Bar se dedicó a organizar grandes fiestas y eventos sábado a sábado en su local de la Av. El Zinc promocionadas a través de sus plataformas virtuales en donde convocaba a la juventud de Los Olivos a divertirse como si no hubiese COVID hasta altas horas de la madrugada disfrutando los últimos éxitos de la música urbana y de todo el alcohol que puedan en su apacible y seguro segundo piso de capacidad limitada y con una sola puerta de salida. “¿Toque de queda? ¿Qué es eso?” parecía decir la pareja arrendataria.


La Muni


A pesar de haber clausurado Thomas Resto Bar el año pasado en tiempos que su Gerencia de Seguridad Ciudadana era dirigida por el televisivo Daniel Urresti, la discoteca en cuestión reinició sus actividades el presente año sin restricción alguna por parte de la autoridad y se dio el tiempo de establecer vínculos con productoras como A&A Producciones que grababa y subía sus redes tanto las fiestas que organizó el local de Los Olivos como otras que se llevaron a cabo en otros puntos de la ciudad, también al margen de la ley  y con artistas invitados como lo fueron ‘Chacalito’, hermano menor de “Papá Chacalón”, Orquesta Chacapelón, Willy Coronación, Alexito Espinal (este en el propio Thomas Resto Bar) y el ‘Chacal’, el legendario iniciador de la tradición chacalonera.


El establecimiento que albergara las 13 muertes venía organizando eventos en sus instalaciones, amparados en la renovación de contrato con los dueños de Molditex, en los que estuvieron involucrados el ya mencionado Alexito Espinal y hasta una barra de Universitario de Deportes por supuesto en horas del toque de queda sin temor a que el municipio de Los Olivos tome acciones en este desacato a las leyes, situación que en un primer momento puede causar extrañeza pero si revisamos información que menciona que esta comuna de Lima Norte no emplea ni la mitad del presupuesto que el Estado le otorga y que del porcentaje destinado a la seguridad ciudadana ejecuta solo la mitad de lo que corresponde, nos daremos cuenta el porqué del  libre funcionamiento de un local que ya se encontraba vetado por el ente gubernamental del distrito.


Felipe Castillo Alfaro, burgomaestre que ha poseído el sillón municipal de Los Olivos desde 1996 y que muestra visos de establecer una dinastía al estilo europeo medieval, dice encontrarse extrañado del funcionamiento del restobar pues afirmó no haber recibido queja alguna de las fiestas clandestinas por todos conocidas. Esto obviamente en un intento por evitar cuestionamientos a la evasión de su responsabilidad de ejercer un mayor control en locales de este tipo ante los reclamos de los vecinos que ya no toleran los escándalos que locales como Thomas Resto Bar provocan todas las semanas aprovechando el "descuido" del municipio. Pero al igual que los representantes de Molditex y el señor Luque Ayala, el alcalde Castillo tiene también un pasado marcado por el rechazo a lo legal. En el 2015, tiempo en el que milagrosamente no era alcalde del distrito, fue denunciado penalmente por la construcción de un edificio destinado a ser una universidad particular de la que el propio Castillo sería el rector (¿eres tú Pepe Luna?). Finalmente, el Poder Judicial aceptó su apelación a la demanda en 2018 y ese mismo año, como premio a tan ejemplar accionar, fue nombrado una vez más alcalde de Los Olivos, comuna que parece estar condenada a ser el eterno feudo del clan Castillo Alfaro en el que la ley es algo opcional, al igual que las necesidades de los residentes.


El cuarto poder


Una mención especial merece la forma en cómo los medios fueron informando al público a cerca de la tragedia con el paso de los días. En un primer momento activó su modo alarmista para que la noticia genere mayores repercusiones que las que ya tenía pues ni bien se supo lo que había ocurrido en Thomas Resto Bar, tomaron el primer testimonio que tuvieron al alcance, el mismo que señalaba el uso de bombas lacrimógenas por parte de la Policía Nacional, y divulgaron información que provocó una momentánea confusión e incertidumbre entre los que estaban realmente interesados en conocer los detalles del hecho pero al mismo tiempo les generó vistas y compartidas a sus notas.

Ante ello hubo que aclarar ese punto y una vez hecho eso, pasaron a la etapa de estigmatización de las víctimas. En un nuevo intento de ampliar la difusión de sus publicaciones, distintos medios, tanto serios como sensacionalistas, comenzaron a indagar en las identidades de las víctimas de la intervención, que fueron 12 mujeres y un hombre en total, pero no de un modo reivindicativo sino más bien, señalando a los que tenían antecedentes policiales, información que no estaba tan alejada de la realidad pero que al ser uno de los primeros rasgos de los fenecidos a resaltar, el hecho fue un ejemplo más de cómo se relacionan espacios periféricos y/o marginados de la ciudad con la delincuencia en primera plana, sin mencionar el reforzamiento de aquella visión de la periferia limeña sumergida en la otredad. Es que no hay compra de periódicos ni retweets a las publicaciones si ese toque de morbo no está presente. Por suerte, con el transcurrir de los días el sensacionalismo fue bajando de a poco y las informaciones tomaron un rumbo menos farandulero, aunque hubo por ahí alguno que otro comentario guiado por lo primero que el comentarista percibía de los hechos.


La respuesta del público


Este fue un factor que llamó considerablemente la atención. En contextos de índole trágico como el sucedido en Thomas Resto Bar, normalmente se espera la comprensión o por lo menos las condolencias del caso a los deudos por haber perdido valiosos integrantes de sus respectivas familias, para luego aconsejar, si así lo desean, qué no se debe hacer para evitar desgracias similares. Pero, muy por el contrario, las reacciones de muchos al conocer la triste noticia fueron de rechazo absoluto de las acciones cometidas por los involucrados, desprecio por los negligentes que asistieron a esa fiesta y lo peor de todo, la aprobación y alegría porque una parte del conglomerado haya muerto. Algunos incluso, a través de las redes, se ofrecían a matar a futuros imprudentes (“Para ver si así aprenden”, dictaba el consenso general). No faltaron por supuesto, los calificativos de “delincuentes”, “indeseables”, “malvivientes”, “lacras humanas” y cuanto calificativo negativo puedan adjudicarles. 

Ya se ha dicho que aquellos que decidieron infringir el toque de queda cometieron el mayor acto de estupidez presenciado en los últimos tiempos, pero esta negligencia no es motivo suficiente para desear la muerte de jóvenes que al final de cuentas son ciudadanos como ustedes y como quien les escribe. Aquí es donde el distanciamiento social pasa a ser una jerarquización a priori donde el que recibe la información se siente con la autoridad para juzgar las malas acciones de terceros mientras se pone su mascarilla por debajo de la nariz y piensa en comer en la calle. Fuimos pues testigos de una falta total de empatía con 13 familias en duelo por parte de todos los sectores de la 3 veces coronada, desde el vecino de asentamiento que quiere subir a la combi sin protección hasta el poblador de Las Casuarinas que organiza encerronas en su barrio exclusivo asumiendo que por ser del sector A – B está libre de todo contagio (la irresponsabilidad no conoce de niveles socioeconómicos). Conductas como estas se plasmado desde las primeras detenciones a infractores de la cuarentena y que de ninguna manera van a cambiar, peor aún en estos días en que las pérdidas humanas se ven como simples cifras. Viva el Perú y sereno.


Esos de verde


Hasta hace muy pocos días, la opinión pública anduvo defendiendo a capa y espada la labor de los efectivos policiales librándolos de toda culpa. Una vez que se despejó la duda sobre el supuesto uso de bombas lacrimógenas, diversos medios (no todos), la población civil y desde luego el Ministerio del Interior, acapararon todo espacio posible para decirnos que la intervención al restobar de licencia trucha fue la adecuada y a muy poco estuvieron de pedir ascensos a todos los efectivos partícipes de tan magno operativo, según los defensores de los de verde, de quienes se resaltaba el que hayan interrumpido el jolgorio y hayan tratado de separar a hombres de mujeres para las detenciones del momento. Pero luego de tanto soportar cómo se les eximía de todo culpando únicamente a los asistentes y a los organizadores del evento, la prensa se dejó de estigmatizaciones, recobró energías y sacó a la luz nueva información. Según la PNP, amparada por el Ministerio ya citado, el tumulto que originó las muertes se debió a que el grupo que intentó huir de las fuerzas del orden (es decir, los 12 efectivos que mandaron para los 120 irresponsables) provocó en su estampida el cierre de la única salida del local, que se encontraba abierta. Esto difiere totalmente de lo que se pudo apreciar en el registro de las cámaras de vigilancia que muestran la puerta de acceso cerrada todo el tiempo y con un efectivo resguardando, algo que prácticamente aseguró la posterior pérdida de vidas.


Seguido de esto y cuando se pensaba que esta contradicción era suficiente para cuestionar este operativo hecho a lo que salga y sin calcular de antemano una probable cantidad de individuos evadiendo las medidas sanitarias, llega a nuestras pantallas el informe Cuarto Poder, programa que cuando no tiene a Sol Carreño bailando con ex presidentes corruptos es un muy buen informativo, que ponía en nuestro conocimiento la existencia de un sospechoso personaje aprovecharon lo agitado de la intervención para acercarse al área de cámaras del local para manipular todo registro que evidencie que la versión de la Policía Nacional no era la verídica. El reportaje señala además que el misterioso sujeto extrae unos dispositivos de las cámaras de seguridad, los cuales sirven para almacenar todo registro que llegue a grabarse e incluso muestran la posible identidad del sujeto: nada menos que el suboficial Aarón salcedo, integrante del Grupo Terna. Queda demostrado entonces que aparte de que el operativo les quedó más grande que la camiseta del Barza a Semedo, los herederos de Alipio Ponce intentaron cambiar el curso de las investigaciones manipulando evidencias. Santa Rosita desde el cielo vuelve a defraudarse de sus engreídos.


Resumiendo así nomás

La tragedia ocurrida en Thomas Restobar es el hecho lamentable de esta pandemia con más repercusiones en lo que va del año y no es para menos. Es la mayor desgracia que todas las intervenciones a infractores de las nuevas leyes hemos tenido hasta ahora y se espera que con estas pérdidas prematuras se entienda de una vez por todas que no es tiempo de hacer lo que nos venga en gana y que evadir cualquier aspecto de las medidas sanitarias es la peor decisión que podamos tomar. Y así como se pretende hacernos entender esta premisa, también se espera que vayamos un poco más allá de solo criticar a los negligentes que salieron a vacilarse arriesgando sus vidas o afirmar que la procedencia de quienes acuden a recintos como este restobar es el único determinante para el brote de la idiotez y la irresponsabilidad. Es bueno que nos desprendamos de ese pensamiento guía, sobre todo si hacemos un poco de memoria y recordamos que no solo en la Lima de los conos se comenten actos de estupidez.

Que los juergueros son claros responsables en este caos, lo son, pero no dejemos de lado a los demás responsables. Tenemos a la administración en general de Molditex y por defecto a Thomas Resto Bar, quienes ya han sido detenidos por haber incurrido en delitos como homicidio culposo, lesiones culposas y violación de medidas sanitarias. Pero como era de esperarse, cada uno de ellos viene quitándose responsabilidades cual niño que rompió un vidrio y acusa a su compañero. Nélida Díaz Serrano ha declarado que ella no alquiló el ocal para eventos y que la culpa es de Job Luque Ayala y Judith Ortega Godoy. Luque Alfaro por su parte, jura que el establecimiento sí tiene licencia pero que la tiene guardada su madre (recuerdo haberle oído al Chavo mejores excusas) y en un giro inesperado de la trama, menciona al cantante Juancho Peña como el responsable pues, afirma Luque, el artista alquiló el local ese sábado fatal y que las entradas fueron cobradas por la esposa del intérprete. Una pasada de pelota que ni la de Chumpi a “Perico” León.


Está por supuesto la siniestra figura de Felipe Castillo Alfaro, señor feudal del condado de Los Olivos que apenas en su primera declaración ha dicho desconocer el proceder de los establecimientos de su propio dominio, teniendo equipo y presupuesto para ejercer una fiscalización pertinente pero como ya se ha dicho, en lo que va de su enésima gestión no ha empleado ni el 40 % del dinero otorgado por el Estado siendo la consecuencia directa de este absoluto desinterés por su distrito penosas limitaciones en sectores importantes de esta comuna de Lima Norte como la seguridad ciudadana. Son finalmente 3 elementos (los fiesteros, el emperador de Los Olivos y la Policía Nacional), entremezclados cada uno con sus propias deficiencias, los que dieron las condiciones para que el estado crítico en que nos encontramos se agrave aún más sumando 13 muertos adicionales al total de compatriotas fenecidos como los caídos por el COVID-19 o los asesinados de la comunidad kukama.

Quedarán en el recuerdo de los suyos jóvenes como Liz Melosevich, Allison Montañez, Sandra Peña Osco y Cinthya Salazar Cántaro, algunas de las 13 víctimas que aquel 22 de agosto del 2020 tomaron la peor decisión de su existencia y ahora son para el común de la gente un grupo más que se suma a la lista de muertos en este año tan atípico y complicado. Tomemos realmente consciencia de lo que pasó, del total de responsables y principalmente prioricemos el factor humano de este lamentable hecho antes que el ámbito estadístico pues por más de que las comparen con los caídos en Utopía, a ellas nadie les va a hacer una película.



Referencias:

 

martes, 7 de julio de 2020

Aquel j(U)lio del 2002




Por Luis R. Carrera

Pasados ya los festejos por el histórico tricampeonato, el nuevo siglo tenía deparado para el Club Universitario de Deportes un momento difícil que lo condujo a una de las mayores crisis de su historia. La gestión que manejó al equipo en el momento de éxito se había encargado en todo ese tiempo de borrar con una mano lo que hacía con la otra, como coloquialmente se dice, y dejó un saldo por demás negativo en el club tanto en lo deportivo como en lo institucional, situación que poco o nada mejoró quien sucedió en el cargo al inefable Alfredo Gonzales. Es en medio de todo este clima de tensión e incertidumbre cuando llega a la conducción del equipo el profesor Ángel Cappa, un técnico de amplia trayectoria en su país y de quien se podía aprender tanto en lo futbolístico como en la reflexión cotidiana, características que enriquecían su ya demostrada calidad hasta ese entonces y por tal motivo su llegada fue uno de los pocos (por no decir el único) aciertos de la dirección del finado Javier Aspauza, presidente crema por ese entonces.


Dada la crítica situación del club para su llegada, el profesor tuvo que echar mano de la cantera en vista de la falta de recursos para traer refuerzos de nivel (el flamante refuerzo Fabrizio Simone no era precisamente una luz en el ataque, como se recordará), los cuales junto al 'Nuno' Molina y los referentes que optaron por quedarse a defender nuestros colores, se logró armar un equipo capaz de seguir peleando de igual a igual frente a los rivales de siempre en el Apertura de aquel año que coincidiría con la consagración de Ronaldo y compañía en tierras orientales. Y fue así como el 'Puma', capitán e ícono del equipo, Paolo Maldonado, aún con la habilidad intacta para el desequilibrio sorpresivo, Edson “Cheta” Domínguez, valeroso defensor y héroe de mil batallas con la “U”,  “Chemo”, de soberbio desplazamiento en el mediocampo, el “Goyo” Bernales, efectivo en la contención sumado a un valioso aporte cuando apoyaba en el ataque, Óscar Ibáñez, de impecable labor bajo los tres palos, fueron el respaldo para los nuevos rostros en la crema de aquel entonces como fueron Hernán Rengifo, Milton Marquillo, Carlos Orejuela y Miguel Ángel Torres, quienes trataban de complementar la labor de los experimentados.


A la lista debemos sumar a quienes en un breve periodo con la crema puesta lograron ganarse un lugar en el once titular de Cappa, como fue el caso de Rubén "Panaderito" Díaz, hijo del “Panadero”, de quien aprendió lo necesario para defender la camiseta como lo hiciera Rubén Toribio en los 70. Al igual que él, también sacaron cara por nuestros colores elementos como John Galliquio, defensor písqueño que manejaba la zaga y la banda derecha como un experimentado, Santiago Acasiete, quien hacía algunos años se lucía en la Copa Perú y ahora cumplía su sueño de vestirse de crema sin saber todo lo que el destino le tenía armado para más adelante, Roberto “Nuno” Molina, aguerrido volante mendocino que de apoco se ganó el cariño de la hinchada, Mario Gómez, talentoso pero díscolo lateral izquierdo que a su corta edad vivía sus últimos momentos de gloria en el fútbol. No podemos dejar de destacar a quienes al igual que los jóvenes valores del párrafo anterior también aportaban al equipo viniendo de la banca, como lo hacían Fernando Del Solar, hermano del “Chemo” quien nunca se sintió a la sombra del mayor pese a jugar en su misma posición, César “Leche” García, cumplidor lateral izquierdo y “Paco” Bazán, siempre esperando su oportunidad en el arco. Pero esta plantilla no podía completarse sin antes haber mencionado a quienes formaron una inamovible delantera a lo largo del torneo: Johan Sotil, el hijo del 'Cholo', quien fue mostrando con el correr de las jornadas un afianzamiento que del mismo modo en que surgió fue desapareciendo en los años posteriores y junto con él, el gran Martín Vilallonga, el hombre gol que en la temporada anterior piloteó el ataque al lado del 'Checho' y que ahora lo hacía junto con una promesa de aquel tiempo como lo fue Johan, una de las tantas que al igual que muchos otros, tuvo que llevar por voluntad propia ese rótulo durante toda su carrera.



Todos los jugadores nombrados siguieron fielmente a lo largo de 22 fechas  y un play-off ida y vuelta las enseñanzas del profesor Ángel Cappa, un entrenador conocido por plasmar en el campo un fútbol bien jugado, vistoso para el público, pero al mismo tiempo efectivo ante el rival de turno, filosofía que por supuesto puso en ejecución en este su nuevo equipo pues tenía elementos para plasmar esa filosofía futbolística que rápidamente entendieron valores como “Chemo”, Maldonado, Bernales, Molina y hasta el propio Sotil, quien se había convertido en el arma secreta del plantel. Pero Cappa, con la sapiencia que hasta hoy lo caracteriza, percibía también que el momento de la “U “requería de ese temple y garra de la que había oído al llegar al club. De ese modo, se valió también de elementos que eran un tanto la contraparte del buen toque y el pase fino, pero con ímpetu y liderazgo en la cancha como Carranza y Domínguez y combinó el estilo de estos 2 grupos de jugadores para armar un cuadro que refleje el momento de la U bajo su dirección: un equipo con una idea de juego clara y capaz de darlo todo por salir del crítico momento por el que pasaba. Sin Cappa esto no hubiese sido posible de realizarse, tomando en cuenta las complicaciones que la propia dirigencia le generaba al equipo.


En frente teníamos como rival directo por el título al compadre, al rival de toda la vida, el cual aparentemente se mostraba como un contrincante más sólido que nuestra crema querida y por eso nos sacaría de camino en el momento menos pensado, pero como tantas veces se ha dicho, los partidos hay que jugarlos y en esta ocasión no hubo excepción a la regla. Pese a que no se le pudo doblegar en los choques del torneo, la crema supo afrontar las dificultades que se iban presentando en el camino hacia el campeonato y para ello primó una serie de aspectos que permitieron al equipo mantenerse en carrera. Sumado al fútbol que destellaban Paolo, el 'Nuno' y el propio 'Cholito' fue necesario agregar ciertos ingredientes que a lo largo de su historia marcaron la mística del elenco merengue: el pundonor, el amor propio y el compromiso que cada jugador asumió para sacar adelante la campaña. Todo esto prosperó de la mano de las indicaciones del profesor Cappa que supo capitalizar el potencial del plantel con miras a la consagración.



La suma de estos elementos permitió al equipo sacar valiosos triunfos de canchas complicadas como el “Miguel Grau” del Callao o el estadio “Huancayo” y sus más de 3200 m.s.n.m. Lamentablemente la buena racha sufrió un bajón a raíz de una inesperada derrota con un equipo celeste, la cual le hizo recordar a jugadores y comando técnico que además de que se empezaban a alejar de la punta, estaban en un club ya inmerso en una crisis institucional producto de las gestiones de Gonzales y Aspauza, un club que no pagaba ni a empleados ni a jugadores, que no cumplía con servicios básicos como el agua en sus instalaciones, que no hacía otra cosa más que mecer a todo el que pueda y hacerse los tercios cuando Gremco se acercaba cada vez más a las altas esferas de la “U”, sin mencionar los problemas judiciales que tuvo que afrontar nuestro capitán histórico. 






Pero, así como asumían que el momento no era de los mejores, el plantel tomó consciencia de la historia de Universitario, la cual consta de un sinfín de episodios en los que hay que algo más que el talento con el balón para lograr los objetivos. Fue así que el equipo puso en práctica ese pundonor, ese amor propio y esa garra que caracteriza al pueblo crema se para sobreponerse tanto a las dubitaciones aparecidas a mitad del torneo como a la caótica situación económica que amenazaba con prolongarse (cosa que lamentablemente logró al poco tiempo). De esta manera, el cuadro estudiantil recuperó el paso para la segunda rueda, remontó la ventaja que el equipo a rayas le había sacado en la tabla de posiciones y estuvo a minutos de concretar la hazaña en la última fecha ante Melgar, de no haber sido por ese penal cobrado a los victorianos en el "Campeones del '36". Pero este freno a la consagración en el "Templo" le dio a la crema la oportunidad de volver a enfrentar al compadre y cobrarse la revancha de los duelos del Apertura, la misma que se empezó a forjar el 26 de junio de aquel 2002, día en el que se pudo dar el primer paso.



Ese día, luego de tantas idas y venidas con el municipio de Ate Vitarte, el Estadio Monumental quedó habilitado para partidos de alto riesgo y de esa manera, se pudo jugar el primer clásico en dicho escenario. El ambiente de fiesta volvía al máximo en las tribunas, como en los buenos tiempos, no tan lejanos por ese entonces y con ese espíritu se llevó al cabo el juego. Ya en el segundo tiempo, un centro de Maldonado por el sector derecho, fue a parar a la ubicación de Martín Vilallonga quien se elevó a mayor altura que el resto y de un soberbio cabezazo venció la valla de Roverano y de esta manera decretó el triunfo, el primero en los clásicos jugados en Ate. 



Luego aguardar la final de la Copa del Mundo y la decisión de otra sede para la segunda final por los disturbios ocurridos en la primera definición por parte de la hinchada rival (frustrada por ver cómo el campeonato se les empezaba a ir de las manos), el domingo 7 de julio tocó ir a Trujillo. En la “ciudad de la eterna primavera, la crema pudo alcanzar la gloria luego de unos disputados 90 minutos que culminaron en un 0-0 en el gramado del Mansiche, resultado que significó una vuelta olímpica más para la escuadra merengue, la cual nuevamente mostraba el camino a seguir para superar la adversidad en este ámbito de la vida. Por tal motivo, el elenco crema podía al fin descargar su rabia contenida por la difícil situación que por la que atravesaba y qué mejor forma de reflejar el desahogo que a través de ese eufórico "¡Contra todos! ¡Contra todos!" que el profesor Cappa, de excelente manejo del equipo en aquella campaña, profirió una vez concluido el encuentro.



El tiempo pasaría y la hinchada iría sintiendo las partidas de “Chemo”, figura de ese equipo, el profe Cappa, quien volvía a tierras argentinas al igual que Vilallonga y con ellos se iba también ese ambiente de triunfo y optimismo ante la adversidad, ambiente que era más que necesario para lo que se venía. Ya en el Clausura aparecerían nuevas promesas para el club como Luis Salhuana, Michael Guevara, Luis Flores, Roberto Drago y un “Loco” que daría que hablar en los años posteriores pero el ámbito institucional se agravaría aún más y lamentablemente, esto solo era el principio. Es por ello que este título obtenido en el Apertura 2002 si bien no fue un título nacional, tiene un valor importante para la fanaticada merengue porque ser el fiel reflejo del triunfo ante la adversidad, por ser un logro ganado cuando nadie ponía a la “U” como el equipo triunfador de la competencia, cuando las miradas se iban hacia el compadre quien, para variar, se sentía campeón mucho antes del fin del torneo. Y fue ahí donde la mística crema afloró una vez más y se impuso contra todo y contra rodos, como bien dijo el profesor, dejando el claro que a este equipo no se le da por muerto jamás. Así lo entendieron los jugadores de ese plantel y así lo entiende el hincha de la “U” en estos tiempos en que la crisis vuelve a golpear igual o peor que al inicio del siglo XXI. Por estas razones, la vuelta olímpica en Trujillo aquel julio del 2002 estará siempre presente en la memoria del hincha de Universitario.






Archivo fotográfico:

FaUsto Espinoza Flores


Página “Coleccionista Crema y Guinda

Página “Hinchada Crema”

Página “La Banda de Odriozola”

Página “Dale Crema”
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