lunes, 20 de febrero de 2017

África: El otro lado de la insurgencia



Por Luis R. Carrera


África, el llamado “Continente negro”, cuna de la humanidad, ha sido a lo largo del tiempo un territorio que sufrió de forma directa las consecuencias generadas por la opresión. Su población ha vivido en carne propia la represión y la exclusión dentro de su propio espacio a causa del colonialismo europeo. Hoy, pese a la independencia de las distintas naciones del continente, África sigue siendo víctima de los abusos de antaño hacia su población, problemática que sufren actualmente muchas etnias que deberían ser tomadas en cuenta dado su aporte cultural a la región. Todo lo mencionado nos hace ver que la lucha por la reivindicación y contra la tiranía en el continente que dio origen al hombre no podía quedar de lado, por lo que se buscará hacer un paralelo, en lo que respecta a figuras ilustres, entre la acción revolucionaria desarrollada a mitad del siglo pasado en nuestro continente y coyunturas de lucha social ejercidas en esas tierras, demostrando que África también ha realizado su aporte en lo que se refiere a la lucha frente a la opresión.
Así como en América Latina hicieron su aparición personajes que llegaron a convertirse en símbolos revolucionarios para posteriores generaciones, en África también existieron personajes que en diversos periodos del siglo XX emprendieron una lucha antiimperialista con la cual se buscó la liberación de los pueblos de esa parte del mundo. Por ello, tomando como ejemplo la acción revolucionaria latinoamericana y sus distintos personajes (en donde podemos destacar a Guevara, de La Puente, Sandino, entre otros) aquí mostraremos a 3 destacados personajes del continente en mención quienes por medio de sus acciones nos han demostrado que África, al igual que Latinoamérica, fue también una tierra que bregó por su liberación.



Patrice Lumumba, artífice de la liberación congoleña

Líder anticolonialista y nacionalista de la República Democrática del Congo (Ex Zaire y ex Congo Belga), fue uno de los impulsores de la independencia de este país. Formado en base a una educación autodidacta, desde muy joven se mostró en favor de ideales igualitarios, antiimperialistas y pacifistas, por lo que siempre estuvo involucrado con movimientos asociativos indígenas, al igual que con sindicatos. En 1958, luego de visitar Bélgica, país que colonizaba al Congo, formó el Movimiento Nacional Congolés (MNC)  junto con compañeros políticos vinculados a círculos anticolonialistas. Mediante este movimiento, emprendió una lucha contra la represión de las autoridades belgas que reprimía toda acción de lucha, por lo que emprendió el camino hacia la liberación del Congo. Su idea era crear un Estado laico e independiente, cuyas estructuras políticas ayudarían a superar las diferencias tribales creando un sentimiento nacional.
Su accionar con el MNC recibió un gran respaldo popular, por lo que fue detenido y encarcelado en enero de 1960. Liberado a fines de ese mes gracias a la movilización popular, se reunió con dirigentes congoleños y autoridades belgas en la Mesa Redonda de Bruselas, evento en el cual Bélgica concede la independencia al Congo. Una vez logrado el objetivo, el MNC y sus aliados ganan las elecciones de mayo de ese año, convirtiéndose al mes siguiente en el Primer Ministro del régimen de Joseph Kasavubu, líder moderado, siendo la africanización del ejército congolés una de las primeras acciones que impuso desde su nuevo cargo. Sin embargo, sería víctima de los intereses belgas aun habiéndose logrado la independencia. Al poco tiempo, la provincia de Katanga, bajo la dirección de Moise Tschombé se declara independiente en favor de empresarios belgas interesados en los yacimientos petroleros de la provincia. Ante ello, el flamante Primer Ministro pidió ayuda internacional, la cual le fue negada, siendo la URSS  el único país que le brindó su apoyo, por lo que decide reunir cuanto antes a los líderes del Congo para tomar medidas contra las tropas belgas establecidas en Katanga, pero en setiembre de 1960, es destituido del cargo por parte de Kasavubu siendo puesto bajo arresto domiciliario sin recibir apoyo de la ONU. La razón principal de la negativa occidental se debió al peligro que significaba el accionar para ciertos intereses de muchas potencias, además de la visión marxista que él mantenía y su vínculo con la URSS. Joseph Desiré Mobutu derrocó al entonces presidente y ordenó la detención de Lumumba, quien ya había sido liberado, siendo entregado a los rebeldes de Katanga quienes no dudaron en asesinarle, muriendo un 17 de enero de 1961. Para la posteridad quedó su imagen como la de un mártir de la resistencia africana, al mismo tiempo que es perennizado como un símbolo de la paz y la justicia social en el continente africano.


Thomas Sankara, el ‘Che’ africano

Capitán militar, revolucionario marxista y teórico panafricano nacido en Burkina Faso (Ex Alto Volta). Tomó el poder mediante un golpe de Estado en 1983, el cual fue apoyado masivamente con el objetivo de eliminar la corrupción y el predominio de Francia, la ex potencia colonial predominante en el país. Luego de haber recibido entrenamiento militar, en 1966 comienza su carrera en la milicia siendo llevado a Madagascar donde fue testigo de los levantamientos populares de 1971 y 1972. Es en esta época donde estudia las obras de Marx y Lenin, escritos que influirían en él para posteriores acciones. En 1972 vuelve a la entonces Alto Volta y 2 años más tarde destacó en una guerra fronteriza con Mali, país vecino, convirtiéndose en una figura popular en Uagadugú, la capital de su país. En 1976, año en que llegaría a ser Comandante en un centro de entrenamientos, conoce a Blaise Compaoré, personaje que sería crucial en los años posteriores. Durante esta época, regida por el mandato  de Saye Zerbo, Sankara formó junto con un grupo de oficiales la Agrupación de Oficiales comunistas (Regroupement des Officiers Communistes o ROC en francés). En setiembre de 1981 fue nombrado Secretario de Estado yendo a su primera reunión en bicicleta, acción que caracterizó a Sankara a lo largo de su trayectoria, pero renunció al año siguiente al ver el carácter anti obrero que perfilaba el gobierno de Zerbo. En los años siguientes se llevarían a cabo diversos golpes de estado en los cuales se impondrían distintos presidentes, hasta que en 1983 un nuevo golpe organizado por Compaoré lo hizo presidente a la edad de 33 años. Una vez en el poder, el Comandante puso en práctica todo el aprendizaje revolucionario que fue adquiriendo en su formación propia, donde Marx y Ernesto Che Guevara se convirtieron en sus principales referentes. Su identificación con éste último fue tan grande que se le terminó conociendo como "El Che africano", ya que el carácter revolucionario de Guevara influyó en la forma de gobernar que desarrolló durante todo su mandato. Los sucesos de la Comuna de París también sirvieron de ejemplo a su accionar político.
Su plan de gobierno estuvo orientado a la lucha contra la corrupción, promoviendo la reforestación, combatiendo la hambruna, y haciendo de la educación y la salud las principales prioridades nacionales. Luego de suprimir ciertos privilegios de los jefes tribales y crear una forma de servicio militar obligatorio que se contraponga al ejército, en 1984 cambia el nombre del país de Alto volta a Burkina Faso (“El país de los hombres íntegros” en mossi y djula, las lenguas mayoritarias del país) y además, compone el himno nacional del país. Durante su gobierno redujo los sueldos de los funcionarios incluyendo el suyo, redistribuyó la tierra de los terratenientes feudales y la entregó a los campesinos, la producción del trigo aumentó en 3 años de 1700 Kg por hectárea a 3800 Kg, convirtiendo a Burkina Faso en un país autosuficiente en comida, mejoró el status de las mujeres y su administración fue el primer gobierno africano que reconoció al SIDA como una amenaza para África.
Al igual que Guevara, fue un revolucionario marxista que creía en la revolución armada contra el imperialismo monopolista, por lo que denunció al neoliberalismo en su región mucho antes que las Naciones Unidas, además de definir a la burguesía local y las fuerzas retrógradas como los principales enemigos del pueblo. Respecto a Guevara, Sankara lo consideraba un ciudadano del mundo libre y por tal motivo enunció que el Che era otro burkinés inmerso en la lucha del pueblo africano, pues sus ideas inspiran a toda la nación y perduraban a lo largo de la lucha cotidiana que el pueblo de Burkina Faso emprendía. Afirmaba también que era el hombre que demostró que se podía tener confianza en uno mismo y en quienes nos rodeaban, además de creer en las capacidades propias, por lo que resultaba la figura de este hombre como un ejemplo de convicción  y fe revolucionaria en lo que uno hace en pos de la victoria. Sumado a esto, ya como presidente adoptó para Burkina Faso la frase Le patrie ou la mort, nois vaincrons (“Patria o muerte, venceremos”), como lema combativo dentro de la población. Sankara fue traicionado por su antiguo compañero Blaise Compaoré y muere asesinado en un golpe de Estado el 15 de octubre de 1987, quien justificó esta muerte mediante el pretexto que el gobierno de turno se había convertido en la causa del deterioro de las relaciones con los países vecinos, además de significar un peligro para las relaciones con la ex potencia colonial Francia, truncando de esta manera todo el avance hecho por el gobierno revolucionario. Compaoré tomó el poder pero distintos Comités de Defensa de la Revolución mantuvieron una fiera resistencia contra el régimen impuesto.


Amílcar Cabral, unificador de todo un pueblo

Ingeniero agrónomo y escritor de Guinea Bissau, considerado como el ideólogo de la independencia de su país y de Cabo Verde, colonias portuguesas por aquel entonces. Luego de pasar los primeros años de su vida entre ambos países, viaja a Lisboa en 1945, a la edad de 20 años,  para estudiar en el Instituto Superior de Agronomía, graduándose de ingeniero 5 años después. Es precisamente en Lisboa donde decide consolidar su identidad e inicia una búsqueda de sus raíces africanas, aprovechando su vínculo con estudiantes e intelectuales de otras colonias portuguesas tales como Angola, Mozambique, etc., entre lo que se pueden mencionar a Virato da Cruz, Marcelino Dos Santos, Mario de Andrade y Agostinho Neto, quien fundaría el Movimiento por la Liberación de Angola (MPLA) tiempo después. Con la ayuda brindada por tales personajes, pudo dar vida al Centro de Estudios Africanos y a la revista Mensagem. Estas acciones formaron parte de una red de estudiantes africanos constituida en ciudades como Lisboa y Coimbra, la cual llegó a relacionarse con intelectuales de las distintas colonias portuguesas, quienes actuaron influenciados por el pensamiento panafricanista, Harlem Renaissance y la literatura brasileña. Esta intelectualidad africana lusófona no llegó a consolidarse del todo.
Luego de trabajar en la estación Agrónoma de Lisboa regresa a Guinea Bissau con la finalidad de recorrer el país. En este recorrido conoció de cerca la explotación de la cual eran víctima los campesinos y la población guineana en general. Esta situación lo motiva a difundir sus primeras ideas en contra de la situación del pueblo guineano en desmedro de la potencia colonizadora, por lo que en 1955 es expulsado de Guinea Bissau para evitar posibles levantamientos en el país. Una vez fuera de Guinea, mantuvo la idea de seguir con la lucha contra el colonialismo establecido en la región, es así que logra adherirse a la organización del movimiento independista desarrollado en Angola. Pero no fue sino hasta el año siguiente que dio un paso trascendental para el porvenir de su país, ya que en 1956 funda el Partido Africano para la Independencia (PAI), el cual buscó extender su lucha a otras regiones, por lo que se convirtió poco tiempo después en el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC). Mediante este partido, Cabral adoptó la guerra de guerrillas como vía de liberación de su pueblo del colonialismo portugués, luego de haber fracasado en su intento de liberación por la vía pacífica.
Sabiendo que mediante un grupo reducido las posibilidades de acercarse al triunfo serían remotas, Cabral buscó ante todo forjar la unidad al interior de la región articulando tendencias religiosas y tribales que dividían al país puesto que llevó a todos a combatir por la independencia, sentando así las primeras bases de un sentimiento nacional. De esta manera, inició la lucha un 23 de enero de 1962 portando como bandera un pensamiento revolucionario, antiimperialista, en contra del apartheid y de toda forma de racismo y discriminación existentes en el África subsahariana. A la par de la acción revolucionaria, prosiguió con la línea intelectual impulsada desde su época de estudiante, donde ya había recibido la influencia del marxismo-leninismo, entre otras tendencias. Fue así como a mediados de la década de 1960 elaboró una teorización sobre la crítica y la aprehensión de lo cultural en relación a la lucha de liberación, donde nos hace ver como los colonizadores trataban de modificar el comportamiento de la población por medio de una idea de asimilación que negaba su proceso histórico real. Esto lo explica en su obra Liberación nacional y cultura, escrita en 1970
Luego de haber conocido en 1964 a Ernesto Che Guevara en Conacry (capital de Guinea), quien comprendió la causa que Cabral defendía, éste pudo recibir apoyo del ejército cubano en esta lucha emprendida contra el colonialismo portugués. Incluso llegó a viajar a Cuba para formar parte de la I Conferencia Intercontinental de La Habana en 1966, donde expuso la situación política, económica y social de su país. Esta conferencia facilitó las relaciones entre Guinea Bissau y Cuba ya que a partir de la misma, Óscar Oramas fue designado embajador de Cuba en Guinea, lo que facilitó la ayuda de la isla al PAIGC.
Las acciones continuaron durante toda la década, poniendo en serias complicaciones la solidez del dominio portugués en la región. Estrategias conjuntas habían logrado la liberación de distintas zonas del país y la adhesión cada vez mayor de la población a la contienda revolucionaria por medio de la lucha armada. Ante ello, las fuerzas imperialistas toman la decisión de frenar de raíz la lucha desencadenada en su colonia, por lo que deciden eliminar al líder de tal insurgencia. Fue así que el 20 de enero de 1973, cuando la victoria ya parecía inminente, Amílcar Cabral fue asesinado por militantes traidores reclutados meses atrás por los portugueses, quienes tuvieron que pagar su crimen tiempo después. En septiembre de aquel año, Guinea Bissau obtuvo su independencia convirtiéndose así en la primera colonia portuguesa en conseguirla, hecho que no hubiera sido posible sin el impulso de aquel hombre que logró organizar a todo un país en la búsqueda de ese sueño que finalmente pudo ser concretado pero que lamentablemente, no llegó a presenciar en vida.

Conclusiones

Como podemos ver, el pueblo africano también supo de luchas frente al régimen impuesto por medio de levantamientos e insurgencias como las expuestas en esta revisión de la vida de 3 de los más representativos caudillos del África subsahariana. Personajes que bien podrían ser comparados con célebres figuras latinoamericanas, como se hizo con la figura de Sankara, ya que compartieron ese ideal de liberación de su pueblo frente al dominio occidental que tanto daño hizo a distintas regiones del mundo. Mediante este repaso de la vida de estos hombres se puede apreciar cómo en ambos lados del Atlántico poblaciones enteras hicieron frente a un sistema de poder que perjudicó considerablemente toda posibilidad de progreso surgida hasta ese entonces. Poblaciones que vieron reflejadas sus ansias de libertad en individuos que fueron recogiendo el sentir de su comunidad e hicieron todo lo posible por llevar un mejor porvenir a los suyos. Y aunque en el caso africano no todos los líderes políticos de aquella región actuaron de igual manera (atroces dictaduras como las de Jean Bédel Bokassa en República Centroafricana o Robert Mugabe en Zimbabwe bien podrían ser comparadas a regímenes como los de Videla en Argentina o Pinochet en Chile), es menester de quienes aún piensan en un cambio social recordar a las célebres figuras analizadas, por ser símbolos de la lucha de un pueblo tantas veces marginado aún en estos tiempos y a que pesar de ello, reivindican un insurgente pasado digno de estar presente en el recuerdo de todos nosotros pues América Latina también supo de levantamientos e insurgencias, acciones que, como se menciona en varios pasajes de este escrito, llegaron a articularse con la resistencia africana. Mayor es entonces el motivo para recordar a estos hombres, junto con otros no mencionados por el momento, que supieron lo que es mantener en férrea resistencia a distintos territorios del continente en cuestión y por qué no, tomar sus ideas y el compromiso con sus pueblos como un ejemplo a seguir.

Referencias

Frente Negro, Patrice Lumumba, un revolucionario africano, 2009

Marxist Internet Archive-Sección en español, Patrice Lumumba 1925-1961.

Sankara, Thomas, Somos herederos de las revoluciones del mundo: Discursos de la revolución de Burkina Faso, 1983-87, Segunda edición, Pathfinder Express, EE. UU., 2007.

Casa África, Thomas Sankara.

Fernández Erquizia, Roberto, Thomas Sankara, el Che negro: XX aniversario de su asesinato en Burkina Faso, París, 2007.

Sankara, Thomas, Homenaje a Che Guevara: “Las ideas no se matan”, Uagadugú, 8 de octubre de 1987.

Guin Guin Bali, Una ventana a África, Un héroe africano: Amílcar Cabral, el visionario, 2012.

Devés Valdés, Eduardo, “Amílcar Cabral: Independencia y revolución”, Seminario “El pensamiento latinoamericano en sus conexiones con África y Asia”, Revista Umbral, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP), San Juan, 2006.