sábado, 30 de octubre de 2021

Fulería criolla

 


Por Luis R. Carrera


Tradicional armonía que surgiera

de adaptar el folklore europeo

que al juntarse con nuestra tierra

se prestó pa’l jaraneo.


En tiempos del tranvía y el estanco

brotaron notas sagradas

siendo estas tan admiradas

que se pintaron de rojo y blanco.


Ritmo de cuna limeña

forjado en barrios populares

se le consideró de órbita pequeña

más llegó a muchos lares.


En Cocharcas y Malambo

se dieron los primeros pregones

sinceras creaciones

de negro, mestizo y zambo.


Música que guarda el sentir

de barriadas y callejones

cuyas angustias y emociones

tienen mucho que decir.


Para crearla no hay mejor cosa

que la guitarra y el cajón

precisos pa’ una resbalosa,

una polka o un bordón.


Tradición que despegó cual rayo de luz

por Montes, Manrique, Pinglo y Porfirio,

por los Azcuez, Bartola y Jesús,

a quienes admiramos con delirio.


Vendrían luego Avilés, el “Carreta” y los Embajadores,

Lucha, el “Zambo”, Chabuca y Luis Abanto,

entre otros grandes señores

a quienes agradecemos por tanto.


Aquellos acordes y versos

de origen obrero y popular

expandieron tanto su universo

que hoy se oyen en todo lugar.


La música criolla nos seguirá representando

ya seas faite, cantor o palangana

por eso estas líneas voy declamando

pa’ que siga la jarana.